Posteriormente, el Obispo, Bernardo Álvarez, presidió la Eucaristía en la cual bendijo las obras y trasladó, de nuevo, a Jesús Sacramentado, hasta el Sagrario.
El convento fue fundado por la orden franciscana de las Clarisas en 1.577. Su iglesia se abre hacia la actual calle de Ernesto Ascanio y León Huerta. Tras sufrir un incendio en el siglo XVII que afectó a todo el recinto del convento, éste se reconstruyó en el siglo XVIII. Destaca en su fachada el torreón mirador con ajimez. Es Bien de Interés Cultural con la categoría de Monumento desde 1978.
La iglesia consta de una sola nave alargada con dos puertas laterales y presbiterio elevado y cubierto por un artesonado mudéjar policromado, en cuyo almizate se adosa una talla que representa a San Francisco y Santa Clara.