Carta del obispo de Tenerife, Mons. Bernardo Álvarez,
Queridos Padres y queridas Madres: Paz y bien, en el Señor.
Reciban un cordial saludo y el deseo de que se encuentren bien. En medio de la difícil situación que nos ha tocado vivir, pido a Dios les dé paciencia y fortaleza para afrontar los problemas, así como mucho ánimo para seguir adelante con esperanza.
Se acerca el final de este “peculiar” Curso Escolar de vuestros hijos y, como la vida sigue, ya les estamos matriculando para el próximo. A la hora de inscribir a vuestros hijos en los centros educativos, tendréis que decidir sobre la petición de la Enseñanza Religiosa Católica. Por ello, me permito recordarles la importancia de la Formación Religiosa, tanto en la familia y la parroquia, como en la escuela.
A nadie se le oculta que están surgiendo voces contra la presencia de la religión en el sistema educativo. Algunos están interesados en no darle cabida en el ámbito escolar. Ante esa situación no hay que dejarse avasallar. Los creyentes formamos parte de la sociedad y en ella tenemos unos derechos que estamos llamados a defender por nuestro bien y el de nuestros hijos.
1. La presencia de la religión en el sistema educativo es un derecho exclusivo de vosotros, padres y madres. En la educación de vuestros hijos sois vosotros los que tenéis ese derecho. Así lo reconocen la Constitución Española (art. 27,3), los Acuerdos Internacionales entre la Iglesia y el Estado español (art. 1,1), y todas las Leyes educativas que se han implantado en toda Europa.
2. La asignatura de religión en la escuela no es una concesión benévola de un Gobierno. Todo gobierno y las instituciones educativas, sociales y sindicales deben respetar el derecho de los padres a que sus hijos sean educados según sus convicciones religiosas y morales. Este derecho debe ser reconocido y aceptado, y se ha de garantizar su cumplimiento. En virtud de ello, el pasado curso, en nuestra Diócesis, el 70% de los padres eligieron la Clase de Religión para sus hijos.
3. La finalidad de la educación religiosa escolar es ayudar a vuestros hijos a desarrollar una formación integral dando sentido profundo a la vida; a proporcionarles criterios y valores cristianos que configuren su personalidad; a favorecer la relación entre fe y cultura en una visión cristiana de la vida; a sensibilizarles en el respeto a los demás y en la solidaridad para con los más desfavorecidos; a capacitarles para el diálogo respetuoso y constructivo con otras tradiciones religiosas; a ofrecerles en diálogo con las demás materias la respuesta cristiana a las grandes preguntas de la vida y dar a conocer a Jesucristo y a su Iglesia.
Consciente que es siempre una opción libre, y que les corresponde decidir a ustedes, como Obispo de todos y apelando a vuestra responsabilidad educativa, les exhorto a que soliciten, para vuestros hijos, la enseñanza de la Religión Católica en los centros educativos. Es una consecuencia del compromiso cristiano que hicieron al bautizar a sus hijos. Considero que la formación religiosa en la Escuela es una aportación necesaria para su mejor educación.
Con mi agradecimiento y apoyo a los sacerdotes, a los padres y profesores que están dando generosamente lo mejor de sí mismos en la educación de niños y jóvenes, les bendigo con afecto en el Señor y les encomiendo en mis oraciones.
† Bernardo Álvarez Afonso
Obispo Nivariense