Entrevista en COPE La Palma al Nuncio Apostólico en Ucrania, Claudio Gugerotti.
En la mañana del martes 25 de septiembre, pasó por los estudios de Cope La Palma, Monseñor Claudio Gugerotti, arzobispo de Ravello y Nuncio Apostólico en Ucrania. Natural de Verona, nació el siete de octubre de 1955. Como Nuncio ha estado nueve años y medio en el Cáucaso (Georgia, Armenia y Azerbaijan), cuatro años en Bielorrusia y, por último, tres años en Ucrania.
A lo largo de la entrevista, hubo tiempo para repasar un amplio abanico de temas. El nuevo acuerdo entre el Vaticano y China, la situación en Ucrania, la figura del Santo Padre, etc.
Monseñor Gugerotti comenzó el diálogo explicando lo que significa ser Nuncio. “Una figura un tanto peculiar. Es un arzobispo que ha sido enviado por el Papa como su representante en un territorio concreto. La primera tarea es la de mantener las relaciones entre la Iglesia Católica local y el Papa. Asimismo, debe mantener las relaciones con la autoridades políticas y civiles del país en el que se encuentra. Y, el tercer objetivo, es desarrollar las relaciones con todos los responsables religiosos del resto de religiones”- explicó.
El prelado continuó señalando que en estos últimos días la Iglesia está abriendo muchas puertas. En este sentido, la visita del Papa al Cáucaso ha sido un mensaje muy fuerte, al ser una parte del ex-mundo soviético, aseveró.
Por otro lado, el reciente acuerdo del Vaticano con China, es una cuestión muy delicada. Por un lado, “abre puertas en un país enorme”. Por otra parte, hay que considerar, explica en los micrófonos de Cope La Palma, que hay dos tipos de presencia católica: la oficial reconocida y, a veces, guiada por el poder político, y la clandestina, no reconocida por las autoridades políticas. El gran reto es “unir dos realidades”, la de la Iglesia oficial y la de la Iglesia clandestina”. “Esto ha llevado a un debate muy vivo”. Hay quien dice que el Papa no debe dialogar con el poder que es hostil, y otros que creen que debe hacer este esfuerzo para que la gente pueda profesar su religión sin ceder sobre los principios fundamentales”.
El Nuncio Apostólico en Ucrania hizo alusión también a la esperanza para la Iglesia en dicho país. “Pienso que siempre hay lugar para la esperanza”. En estos momentos, el gran enemigo de la esperanza es el odio”. Es un fenómeno extraño pero está difundido en gran parte del mundo. Nunca hubiésemos pensado que volvería esta rabia en Europa. En un tiempo, además, en el que no hay miseria ni guerra. Parece como si tuviéramos que crearnos un enemigo y, a veces, es el vecino de casa. Es un fenómeno sociológicamente muy interesante, pero muy peligroso”- subrayó.
En la entrevista también hubo oportunidad para conocer cómo es la relación entre el Papa y monseñor Gugerotti. Las conversaciones siempre son muy interesantes, reconoció el Nuncio. “Siempre te sorprende. Tú empiezas por un lado, pero él sabe llevarte por otro. Tiene un gran sentido del humor. Cuando hablas con él te da la percepción de que tiene las cosas muy claras. A los nuncios nos hace hincapié en varias cosas: No ser mundanos, no vivir con grandes cosas, con grandes riquezas. También recalca la importancia de hablar claro, no dándole vueltas a las cosas. Además, nos recuerda que él es quien decide la política internacional de la Iglesia y nosotros somos sus representantes. En definitiva, no hay duda de que es argentino”.
En clave anecdótica, el Nuncio recordó que en una ocasión le comentó al Santo Padre que caminaba un poco mal. A lo que el papa Francisco le respondió que los argentinos estaban hechos así. “Muchas veces caminan mal porque se caen de lo alto de su propio ego”, fue la contestación del obispo de Roma.
En otro orden de cosas, monseñor Gugerotti afirmó que en La Palma ha encontrado mucha paz. “Es una isla con una naturaleza única, o mejor dicho, muchas naturalezas en un mismo lugar. Otra cosa que valoro es el sentido del tiempo que tiene la gente aquí. Saben usar el tiempo, no que el tiempo les use a ellos. La Palma es un gran espacio de libertad para el descanso”.
Por último, el Nuncio recordó que la condición previa para vivir el cristianismo es que se palpe en el seno de la familia. “Es muy importante saber escuchar. Esa disposición te abre a Dios. Él siempre tiene algo que decirnos. Y, el paso de escuchar nos lleva al paso de acoger”.