Uno de nuestros obispos eméritos, Damián Iguacen, nos ha felicitado estas fechas, como es su costumbre, con sus reflexiones sobre distintas advocaciones de la Virgen. En esta ocasión, ha sido con una reedición de su meditación sobre Nuestra Señora del buen humor y con otra sobre el silencio.
En ellas, don Damián afirma que los cristianos hemos recibido la consigna de servir al Señor con alegría. “El mal humor no se compagina con la Buena Noticia que el evangelio que hemos de vivir y anunciar a todas las gentes. El evangelio no se puede anunciar con mala cara, ni se puede vivir con malos humores”.
No seamos derrotistas, afirma el prelado, “pesimistas, viejos, retrógrados. No podemos destruir las ilusiones de nadie; no podemos ser aguafiestas….a todos los que encuentre por los caminos de la vida caídos y desanimados, les diré: levántate y anda”.
