“Noches con alma”, nuestro humilde atrio de los gentiles abordó este pasado jueves la “cultura del encuentro” con el espectáculo multidisciplinar “Iwa Pelé”, interpretado por la bailarina de danza contemporánea Paloma Hurtado y el percusionista Juan Javier Rodríguez. De la parte audiovisual se encargó Yudi Acosta.
La amplia gama de instrumentos de la familia de la percusión y la riqueza de la danza contemporánea se unieron para presentar un programa que transitó por diferentes estilos danzarios y musicales.
Al comienzo del espectáculo se proyectó el videomensaje del papa Francisco al Congreso de Scholas en Jerusalén 2017:
“Us¬te¬des se ani¬ma¬ron a mi¬rar¬se a los ojos, se ani¬ma¬ron a des¬nu¬dar la mi¬ra¬da y esto es im¬pres¬cin¬di¬ble para que se pro¬duz¬ca un en¬cuen¬tro. En la des¬nu¬dez de la mi¬ra¬da no hay res¬pues¬tas, hay aper¬tu¬ra. Aper¬tu¬ra a todo lo otro que no soy yo. En la des¬nu¬dez de la mi¬ra¬da nos vol¬ve¬mos permea¬bles a la vida. La vida no nos pasa de lar¬go. Nos atra¬vie¬sa y nos con¬mue¬ve y esa es la pa¬sión. Una vez abier¬tos a la vida y a los otros, al que ten¬go al lado, se pro¬du¬ce el en¬cuen¬tro y en ese en¬cuen¬tro se da un sen¬ti¬do. To¬dos te¬ne¬mos sen¬ti¬do. To¬dos te¬ne¬mos un sen¬ti¬do en la vida. Nin¬guno de no¬so¬tros es un no. To¬dos so-mos sí, por eso cuan¬do en¬con¬tra¬mos el sen¬ti¬do es como si se nos en¬san¬cha¬ra el alma. Y ne¬ce¬si¬ta¬mos po¬ner¬le pa¬la¬bras a este sen¬ti¬do. Dar¬le una for¬ma que lo con¬ten¬ga. Ex¬pre¬sar de al¬gún modo eso que nos pasó. Y esa es la crea¬ción…. Nues¬tra uto¬pía, la de to¬dos los que de al¬gún modo for¬ma¬mos Scho¬las es crear con esta edu¬ca¬ción una cul¬tu¬ra del en-cuen¬tro. En las per¬so¬nas po¬de¬mos unir¬nos va¬lo¬ran¬do la di¬ver¬si¬dad de cul¬tu¬ras para al-can¬zar, no la uni¬for¬mi¬dad, no, sino la ar¬mo¬nía, y ¡cuán¬to ne¬ce¬si¬ta este mun¬do tan ato¬mi-za¬do! Este mun¬do que le teme al di¬fe¬ren¬te, que a par¬tir de ese te¬mor a ve¬ces cons¬tru¬ye mu¬ros que ter¬mi¬nan ha¬cien¬do reali¬dad la peor pe¬sa¬di¬lla que es vi¬vir como enemi¬gos. ¡Cuán¬to ne¬ce¬si¬ta este mun¬do sa¬lir a en¬con¬trar¬se!