Banderas multicolores, cantos espontáneos, risas compartidas y gritos de “¡Esta es la juventud del Papa!” marcaron el tono de un encuentro histórico. Eran más de 25.000 presentes, aunque se estimaba que podrían alcanzar hasta 30.000 los jóvenes españoles presentes durante el fin de semana jubilar.La tarde comenzó a las 16:00 hora de Roma con la apertura de puertas. Desde entonces, un goteo constante de peregrinos fue colmando la Plaza. Guitarras, pancartas, abanicos, pañoletas y pulseras de colores teñían el corazón del Vaticano de alegría. A las 18:00, arrancó oficialmente el Encuentro: cantos, testimonios y momentos de oración fueron hilando un relato coral, donde lo humano y lo divino se entrelazaron con sencillez y belleza.
Pasadas las 19:50, los obispos comenzaron a procesionar hacia el altar. El cielo, teñido de dorado por la tarde romana, se convertía en testigo de una Eucaristía en comunión. Mons. Luis Argüello, arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, presidió la celebración, que concelebraron diversos obispos y sacerdotes de la nación.


