«No podemos dejar de hablar de lo que hemos visto y oído”, es el lema y título del mensaje del Santo Padre hecho público hoy con motivo de la Jornada Mundial de las Misiones, que se celebra cada año el tercer domingo de octubre y que se conoce como DOMUND
Francisco recuerda que “la relación de Jesús con sus discípulos, su humanidad que se nos revela en el misterio de la encarnación, en su Evangelio y en su Pascua nos hacen ver hasta qué punto Dios ama nuestra humanidad y hace suyos nuestros gozos y sufrimientos, nuestros deseos y nuestras angustias”. Y añade:
La experiencia de los apóstoles
Tras recordar que “la historia de la evangelización comienza con una búsqueda apasionada del Señor que llama y quiere entablar con cada persona, allí donde se encuentra, un diálogo de amistad”, el Papa escribe “el amor siempre está en movimiento y nos pone en movimiento para compartir el anuncio más hermoso y esperanzador”.
Fratelli tutti
El Santo Padre escribe que “con Jesús hemos visto, oído y palpado que las cosas pueden ser diferentes”. Y agrega que “Él inauguró, ya para hoy, los tiempos por venir recordándonos una característica esencial de nuestro ser humanos, tantas veces olvidada: `Hemos sido hechos para la plenitud que sólo se alcanza en el amor’. Tiempos nuevos que suscitan una fe capaz de impulsar iniciativas y forjar comunidades a partir de hombres y mujeres que aprenden a hacerse cargo de la fragilidad propia y la de los demás, promoviendo la fraternidad y la amistad social”.
Después de aludir a los tiempos difíciles que atravesaron los primeros cristianos cuando comenzaron su vida de fe en un ambiente hostil y complicado, el Obispo de Roma recuerda que “los límites e impedimentos se volvieron también un lugar privilegiado para ungir todo y a todos con el Espíritu del Señor”.
Refiriéndose al libro de los Hechos de los Apóstoles el Papa escribe que “nos enseña a vivir las pruebas abrazándonos a Cristo, para madurar la convicción de que Dios puede actuar en cualquier circunstancia, también en medio de aparentes fracasos”.
Difícil momento actual de nuestra historia
“Así también nosotros – prosigue el Papa en su mensaje – tampoco es fácil el momento actual de nuestra historia. La situación de la pandemia evidenció y amplificó el dolor, la soledad, la pobreza y las injusticias que ya tantos padecían y puso al descubierto nuestras falsas seguridades y las fragmentaciones y polarizaciones que silenciosamente nos laceran.
Y ante la pregunta de: “¿Para qué me voy a privar de mis seguridades, comodidades y placeres si no voy a ver ningún resultado importante?”, la respuesta – escribe Francisco – permanece siempre la misma:
Implicación total y pública en la transformación del mundo
También escribe que “los cristianos no podemos reservar al Señor para nosotros mismos: la misión evangelizadora de la Iglesia expresa su implicación total y pública en la transformación del mundo y en la custodia de la creación”.
Una invitación a cada uno de nosotros
Al recordar el lema de la Jornada Mundial de las Misiones de este año, “No podemos dejar de hablar de lo que hemos visto y oído”, el Papa afirma que “es una invitación a cada uno de nosotros a `hacernos cargo’ y dar a conocer aquello que tenemos en el corazón. Y escribe que “en la Jornada Mundial de las Misiones, que se celebra cada año el tercer domingo de octubre, recordamos agradecidamente a todas esas personas que, con su testimonio de vida, nos ayudan a renovar nuestro compromiso bautismal de ser apóstoles generosos y alegres del Evangelio”.
“Vivir la misión es aventurarse a desarrollar los mismos sentimientos de Cristo Jesús y creer con Él que quien está a mi lado es también mi hermano y mi hermana”. “Que su amor de compasión – escribe el Papa al final de su mensaje – despierte también nuestro corazón y nos vuelva a todos discípulos misioneros”. Y concluye invocando a la Madre de Dios: