El Encuentro de Música Religiosa de Canarias ha supuesto un año más un gran éxito de público ya que más de 2.500 personas asistieron a los nueve conciertos y dos conferencias programados en once iglesias de Canarias y que se ha celebrado entre los días 9 y 21 de marzo.
El director del encuentro, Gregorio Gutiérrez, considera muy positiva tanto la afluencia de público registrada en dichos actos como el grado de satisfacción de los asistentes. Aspecto que, insiste, ha quedado patente a la vista de la amplia repercusión que ha tenido esta iniciativa y que la ha convertido en una de las ediciones más concurridas.
Explica que a lo largo del encuentro se ha evidenciado la consolidación de uno de los principales objetivos de esta iniciativa, dirigida a propiciar el acercamiento de la música, en general, y de la religiosa, en particular, al gran público a través de los templos que son considerados de mayor interés arquitectónico de las Islas.
Gregorio Gutiérrez recuerda que la propia configuración del encuentro, a través de cuatro programas musicales y dos conferencias, ha contribuido a estos resultados, además de la profesionalidad de los cantantes y músicos que han participado en los recitales.
Por otro lado, destaca las colaboraciones que han hecho posible la celebración de esta octava edición, patrocinada por el Gobierno de Canarias; los cabildos de Fuerteventura, Gran Canaria, La Gomera y Tenerife; y los ayuntamientos de La Laguna, a través del Organismo Autónomo de Actividades Musicales, Las Palmas de Gran Canaria, Santa Cruz de La Palma, El Sauzal y Arrecife.
Entre las entidades que han colaborado en la organización de dicho festival figuran el Aula Manuel Alemán de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria; la Diócesis Nivariense; la Diócesis de Canarias; el Conservatorio Superior de Música de Canarias; y las parroquias y templos escogidos para las actuaciones.
Nueve conciertos y dos conferencias en once templos canarios
En el concierto inaugural de esta octava edición del Encuentro, la soprano Rosina Herrera, la mezzo soprano Raia Lubomira, el tenor Juan Antonio Sanabria y el barítono Airam Acosta, acompañados por la Orquesta Sinfónica y el Coro del Conservatorio Superior de Música de Canarias, dirigidos por Gregorio Gutiérrez, interpretaron la magistral Stabat Mater de Haydn en la iglesia de Santo Domingo de La Laguna.
El segundo de los conciertos incluyó una selección de piezas de Antonio Vivaldi, que fueron interpretadas por el Coro de Cámara de Tenerife bajo la batuta de Carmen Cruz. Las iglesias escogidas para este concierto fueron la de San Pedro Apóstol de El Sauzal y la de La Asunción de San Sebastián de La Gomera.
La programación prevista para este año incluyó un tercer concierto denominado Speculum Musici en el que se intercalaron piezas renacentistas y barrocas con obras del siglo XXI que fueron interpretadas por el Coro de Cámara Mateo Guerra dirigido por Luis García en las iglesias de San Antonio de Padua (Los Franciscanos) de Las Palmas de Gran Canaria y en la de San Francisco de Santa Cruz de La Palma.
En el cuarto y último concierto, titulado Cantada Espiritual, la soprano Magdalena Padilla, acompañada por Juan Carlos de Mulder a la guitarra barroca y por Carlos Oramas a la tiorba, interpretaron una selección de piezas religiosas españolas del siglo XVIII. Este recital tuvo lugar en la iglesia de San Ginés de Arrecife, en la de Nuestra Señora de Antigua de Antigua, en la de Santo Domingo de Las Palmas de Gran Canaria, y en el Monasterio de Las Clarisas de La Laguna.
Como complemento a los conciertos, y por tercer año consecutivo, se celebraron dos conferencias que, coordinadas por Juan Francisco Comendador, corrieron a cargo de Daniel Barreto González, licenciado en Filosofía y traductor, profesor de Filosofía de la Religión en el Instituto Superior de Teología de las Islas Canarias. Las ponencias tituladas El espejo del otro, alteridades, música y filosofía se celebraron en la ermita de San Antonio Abad de Las Palmas de Gran Canaria y el Monasterio de Santa Catalina de Siena de La Laguna y en ellas analizó la influencia del arte en el establecimiento de relaciones personales en las que no exista violencia.
