Los obispos canarios manifestaron hace unos días su preocupación por la indiferencia de los gobiernos europeos ante las llegadas de miles de inmigrante estos días. Ahora el delegado y el consiliario de la Delegación de Migraciones de la Diócesis de Tenerife visitan la isla más occidental de la Iglesia en España.
La Iglesia de Tenerife no quiere ser insensible a la realidad de la inmigración, no quiere mirar hacia otro lado. No lo hace en ningún caso desde hace años, cuando a nuestras comunidades empezaron a llegar personas de otras latitudes a las que intentamos acompañar y acoger. La realidad del fenómeno migratorio en la ruta canaria ha puesto ahora en el mapa a la pequeña isla de El Hierro, la más occidental de la diócesis y de la Iglesia de España.
Nos hemos acercado a compartir esta realidad con los tres sacerdotes jóvenes que están en la isla y con sus comunidades para ver como la están viviendo ellos. A nosotros nos parece que una de las mayores preocupaciones, aunque no estemos en primera línea, porque no suele estar la Iglesia en la primera línea de acogida, es que la comunidad cristiana y la sociedad en general sea comprensiva y receptiva con el fenómeno de la movilidd humana. Las personas que llegan a Canarias no son mayoritariamente ni mucho menos las procedentes de Africa. Pero es verdad que los medios de comunicación, las imagenes que se ven, pueden dar lugar a situación de agobio.
El interés de la diócesis, de la delegación diocesana de migraciones, es que las comunidades de el Hierro se sientan acompañadas en este proceso que les interpela, que les plantea el reto de ser una Iglesia que sea hospital de campaña y que también pueda reivindicar el derecho de las personas para que se pongan los medios para que España y Europa no sean una muralla sino un puente para que se den las condiciones mínimas de acogida.
Esperamos que esto nos sitúe en el camino para crear una cultura de la hospitalidad y la construccion de una familia común como nos indica el Papa Francisco.
Jesús Alberto González Concepción, delegado de migraciones de la Diócesis de Tenerife