La Orquesta Sinfónica de Tenerife, bajo la batuta de su director honorario Víctor Pablo Pérez, desarrolló en la Catedral un concierto excepcional en un marco incomparable, que ha dado espacio propio al Davidde Penitente, K 469, de Mozart.
Un entorno magnífico, señalan desde la OST, para un partitura de gran belleza donde las maravillosas interpretaciones vocales de las sopranos María Espada y Raquel Lojendio, y del tenor Juan Antonio Sanabria, junto al trabajo magistral del Ensamble Vocal de Tenerife, dirigido por Antonio Abreu Lechado, han brindado una intensidad particular a esta hermosa cantata inspirada en los textos del Libro de Samuel y en la Gran Misa en Do menor, KV 427. El concierto de este sábado noche en la ciudad de los adelantados fue, indican, simplemente extraordinario.
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