Jueves Santo: hagamos nuestros los sentimientos, actitudes y comportamientos de Cristo

Diócesis de Tenerife
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El Obispado de Tenerife está situado en San Cristobal de La Laguna. La jurisdicción de la diócesis comprende Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro.

El Obispo Nivariense presidió en la Catedral la eucaristía «en la cena del Señor» con la que se inicia el Triduo Pascual, las más importantes celebraciones del año cristiano.

Bernardo Álvarez, siguiendo la invitación del Papa Francisco, invitó a hacer «nuestros los sentimientos de Cristo, sus actitudes y comportamientos». ¿Qué sentimientos muestra Jesús en la Última Cena? ¿Qué intenciones tiene? ¿Cuáles son los deseos de su corazón? – se preguntó Álvarez- Porque esos deben ser también los sentimientos, intenciones y deseos que debemos llevar en nuestro corazón – manifestó.

Fijándose en lo dicho y hecho por Jesús, el obispo desarrolló «sus sentimientos más profundos».

En primer lugar expuso que «ante todo en Jesús vemos sentimientos de amor: «Habiendo amado a los suyos los amó hasta el extremo». ¿Qué es amar hasta el extremo? Hasta dar la vida. . Esta entrega Jesucristo la quiso «dejar plasmada como una ofrenda permanente para todos los hombres y mujeres de cualquier tiempo y lugar en la institución de la Eucaristía».

En segundo lugar indicó Álvarez que «la intención de Jesús es entregarse. Ante la pasión que se avecina, Jesús no se limita a resignarse y soportar lo venga a regañadientes, sino que lo asumiéndolo con paciencia y mansedumbre lo ofrece todo y se ofrece a sí mismo por los demás». Su entrega fue para todos y para siempre. Por eso, mandó a los apóstoles: «haced esto en memoria mía…». Resaltó el prelado la intención de Jesús en «hacer de la Última Cena una entrega permanente en la que puedan participar todos los hombres y mujeres del mundo en cualquier tiempo y lugar2 – explicó.

Y en tercer lugar, los deseos de Jesús en la Última Cena tienen que ver con nosotros. Esos deseos están expresados tres momentos: su deseo es lavarnos a todos, su deseo es que nos lavemos los pies unos a otros, y su deseo nos amemos como Él nos ha amado».

Finalmente el obispo resumió el sentido del Jueves Santo afirmando que «todo ésto nos lo ofrece Jesucristo a nosotros, hombres y mujeres de hoy. Como nos pide el Papa, – prosiguió- hagamos nuestros los sentimientos de Cristo, hagamos todo lo posible para que sus intenciones y deseos se realicen en nuestra vida. Hagamos todo lo posible para que su sacrificada entrega y el ejemplo de su vida no caigan en saco roto, sino que encuentre en cada uno de nosotros un corazón agradecido, dispuesto a dejarse purificar por Él y así poder vivir en el amor como Cristo nos amó- concluyó.

Bernardo Álvarez en el transcurso de la Eucaristía realizó el gesto del lavatorio de los pies y, al finalizar la misma, se trasladó solemnemente al Santísimo al «Monumento» del templo Catedralicio.

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