La Catedral acogió el jubileo diocesano de los migrantes y refugiados en la jornada en la que se celebraba la jornada destinada a sensibilizar sobre la realidad de la movilidad humana.
Bajo el lema: «Migrantes, misioneros de esperanza», en la eucaristía participaron migrantes de distintos países, miembros de la delegación diocesana de migraciones, laicado y personas consagradas que prestan su servicio de acogida e integración de los emigrantes.
El obispo Eloy Santiago que presidió la Eucaristía, a la luz de la Palabra de Dios, recordó que “Dios escucha el clamor de su pueblo” y que no es insensible ante el sufrimiento humano.
Igualmente subrayó los beneficios que tanto a la Iglesia como a la sociedad aportan las personas que llegan procedentes de distintos países huyendo de injusticias, violencia, guerras, etc. “Al pedir a Dios hoy que aumente nuestra fe, la misma también ha de llevarnos a un compromiso por un mundo mejor, y por una acogida e integración de los migrantes y refugiados”. – sostuvo.
Citando al Papa León recordó el prelado nivariense que “la presencia de hermanos y hermanas de distintas culturas es una oportunidad para renovar el rostro de la Iglesia y testimoniar un cristianismo más abierto y dinámico”, afirmó.