Los herreños, y cuantos quisieron acompañarlos, han terminado de cumplir este sábado con el Voto de 1741 que dio origen a la Bajada.
La imagen de la Virgen de los Reyes llegó a su residencia habitual, el santuario de la Dehesa, tras realizar la “Subida” rodeada de muestras de cariño y fervor de miles de devotos. La pequeña ermita quedó, obviamente, pequeña cuando la imagen de la Madre Amada era introducida en ella acompañada de bailarines y otros fieles. La emoción era evidente en todos los rostros, tanto en el interior como en el exterior del templo.
La jornada se había iniciado antes de las cinco de la mañana con la Venia del grupo de bailarines de la Villa y la Eucaristía en el templo matriz de la Concepción. Desde allí con alegría y fraternidad, en medio del incesante sonido de pitos, chácaras y tambores, se fueron sucediendo las paradas, las rayas y sus entregas, la tendida de manteles en el almuerzo compartido de la Cruz de los Reyes, las loas y constantes Vivas a la Patrona insular.
Fue el pasado uno de julio cuando se realizó la Bajada de la Virgen que, en su actual edición, llevó por lema: “siguiendo las huellas de María”. La programación pastoral de la misma tuvo una especial atención a la llamada Misión que la diócesis nivariense en su conjunto está desarrollando estos años, en sintonía tanto con el pedido del papa Francisco de ser una “Iglesia en salida misionera”, como de la celebración del bicentenario de la creación de la diócesis.
Ahora, al iniciar la cuenta atrás para la que será la 70 edición de las cuatrienales Bajadas de Nuestra Señora de los Reyes, resuena en los corazones de los habitantes de la isla del meridiano: Hasta 2021 y siempre, ¡¡Viva la Virgen, Viva!!
