Nuevo nombre de una plaza en la Diócesis Nivariense. Un sacerdote de la Diócesis fue especialmente recordado el jueves, 19 de junio. Ese día se descubrió la placa que da el nombre de Francisco Arteaga, sacerdote, a la actual plaza chicharrera de la Cruz del Señor.
Este presbítero sirvió durante años a la citada comunidad y se distinguió, además, por su servicio caritativo-social en Cáritas Diocesana, de la que fue Delegado.
D. Francisco Arteaga García atendió la parroquia que está junto a la plaza a él dedicada, durante treinta y cuatro años, hasta su fallecimiento.
En el homenaje a D. Francisco el alcalde capitalino, D. Miguel Zerolo, calificó al homenajeado de "vecino ejemplar, luchador y honesto, que dedicó buena parte de su vida a ayudar a los que menos tienen". El Obispo, D. Bernardo Álvarez, ha destacado que el reconocimiento a Francisco Arteaga "significa que su paso por el barrio sirvió de mucho, pues llegó a la parroquia en una época en que las condiciones de vida eran más precarias que hoy en día y con su fe hizo mucho". "Su vida fue un río de agua cuya fuente fue Jesucristo, añadió el prelado, sin esa fuente, sin ese motor no se podría entender lo que guiaba a este sacerdote en su tarea”.
El homenaje estuvo amenizado por la Banda Municipal de Música, y contó con la presencia de la hermana del homenajeado, Ana Arteaga, así como de otros representantes de la diócesis, de Cáritas, varios concejales y directivos de la Asociación de Vecinos Las Palmitas, que promovió este reconocimiento, aprobado por el pleno municipal en 2006.
El actual director de Cáritas Diocesana, D. Leonardo del Castillo, había indicado que “Francisco Arteaga García no fue un cura más; tampoco otro miembro de Cáritas, sin más. Nuestro querido Paco fue un hombre que amaba profundamente a la gente; sobre todo a los pobres, a los humildes, a "los últimos y no atendidos". Ayudaba a quienes necesitaban algo, aún a costa de quitárselo él. Paco Arteaga sentía pasión por Cáritas y la transmitía; quería a Cáritas con un amor tan profundo y tan sincero que vivía para y por Cáritas. Él falleció el 29 de abril de 2005. Siempre lo llevo en mí; nunca le olvido y menos ahora. Le debo mucho a Paco; le debo todo lo que sé de ésta Casa, todo cuanto amo a Cáritas; y en m quehacer diario trato de imitarle… pero es imposible: Paco era único, en ese amor por los demás”.
