En el Santuario Insular de Las Nieves. En su edición número 39, el Santuario Insular de Nuestra Señora de Las Nieves acogió la celebración de la conocida como Fiesta de las Madres, en la que se rinde homenaje a la Virgen, como madre de todos los palmeros, a las propias madres e incluso a la madre tierra. El Vicario General, D. Antonio Pérez Morales presidió, en esta ocasión, la Eucaristía solemne. Durante su homilía Pérez hizo referencia al Espíritu y a las madres como “dadores de vida”. Esta idea central sirvió al vicario para unir los distintos acontecimientos que celebraba la Iglesia Católica el domingo.
Por eso –señaló- “qué bien nos viene celebrar hoy y aquí, en torno a la Madre de La Palma y de los palmeros esta fiesta, exaltando al Espíritu dador de vida y a las madres que nos dan la vida. En el seno de una mujer es donde los seres humanos vamos siendo dados a luz. Ellas son, desde el punto de vista biológico es el lugar donde se da la vida.”
Por eso, prosiguió Antonio Pérez, “unimos al Espíritu, a María de las Nieves y a la maternidad. Conocer a Jesús, como a cualquier hijo, nos remite a una madre, y viceversa, para conocer y comprende mejor a un hijo, es preciso ser buen devoto de la madre. Sin duda Jesús, como cada uno de nosotros, aprendió de su madre a mirar, pensar, decidir, leer la vida, dialogar, convivir, descubrir, esperar, renunciar, vivir, morir… Qué grande el Espíritu de Dios que sopla donde quiere y cuándo quiere, qué grande María Santísima, qué grande y sublime el misterio de la maternidad y, por tanto, de la vida. Con cada mujer u hombre comienza la posibilidad de un mundo nuevo”.
En esta edición de la fiesta, la representación de las madres palmeras la ostentó María Anunciación, esposa del alcalde capitalino también presente en el acto. La fiesta finalizó con la tradicional ofrenda floral a la Virgen y a las madres presentes, además de la ofrenda poética, folklórica y el canto del himno a las madres.
