Varias parroquias de la diócesis acogen en este día, de un modo singular, la celebración de la Inmaculada Concepción. El obispo Nivariense presidía en la parroquia lagunera de La Concepción la solemne eucaristía de esta jornada. Con él concelebró el obispo emérito de Lleida, Joan Piris Frígola.
Teniendo muy presente la apertura del Jubileo de la Misericordia en la basílica vaticana que poco antes había realizado el papa Francisco, el prelado Nivariense recordó el documento pontificio que afirma que «La misericordia siempre será más grande que cualquier pecado y nadie podrá poner un límite al amor de Dios que perdona». Al atravesar la Puerta de la Misericordia se podrá «experimentar el amor de Dios que consuela, que perdona y ofrece esperanza».
El propio obispo abrirá el próximo domingo día 13, a las 17h horas la Puerta Santa en la Catedral, en la misma jornada que se abrirá una puerta similar en todas las catedrales católicas del mundo.
En la homilía tras reflexionar sobre la Palabra proclamada, Álvarez invitó a los presentes a extraer una lección para la vida: La liberación del pecado, la gracia de estar en comunión con Dios nos hace disponibles para para realizar su voluntad en todo. La pureza de corazón, estar libres de pecado, genera la disposición para el bien.
Por otro lado, refiriéndose a la fiesta de la purísima de este año quiso resaltar cuatro ideas: un privilegio, un ideal, una tarea y una oportunidad.
─ Privilegio, porque María fue concebida sin pecado, no por sus méritos (que no los tenía al ser concebida) sino por iniciativa y gracia de Dios
─ Ideal, porque eso es lo que Dios quiere hacer con toda la humanidad: llegar a Él, santos e inmaculados. Este es su proyecto desde antes de crear el mundo y nunca ha renunciado a llevarlo a cabo.
─ Una tarea, porque -para conseguirlo- es necesario poner nuestros pensamientos, sentimientos y acciones en sintonía con la voluntad de Dios. Dios quiere hacernos santos e inmaculados, pero no se impone a la fuerza. Ante su voluntad, como María, tenemos que decirle con palabras y hechos, «Hágase en mí tu voluntad»
─ Una oportunidad, porque el Papa acaba de abrir en Roma el Año de la Misericordia para toda la Iglesia. En nuestra Diócesis lo haremos el próximo domingo. Tenemos la oportunidad de hacer «borrón y cuenta nueva» en nuestra vida. Este Año Jubilar de la Misericordia nos ofrece muchas posibilidades para renovar nuestra vida cristiana y seguir adelante con mayor entusiasmo hacia la meta a la que Dios nos llama.
Por último, al finalizar la misa y antes de la procesión con la imagen de la Inmaculada por las calles de Aguere, el obispo impartió la bendición apostólica.
