Manos Unidas, con motivo de su campaña para este año “Compartir es nuestra mayor riqueza”, celebrará el próximo viernes 7 de febrero, el Día del Ayuno Voluntario. La celebración de la Eucaristía será en la parroquia de la Cruz del Señor, a las 19:00 horas. Tras la misma, en los salones parroquiales tendrá lugar la denominada “cena del hambre”. Los participantes en esta iniciativa, que se repite en toda España, están invitados a realizar un donativo destinado a los proyectos que Manos Unidas lleva a cabo en casi 60 países del mundo.
El 7 de febrero es también el día elegido para presentar a los medios de comunicación, y a quien lo desee, la campaña de 2025. Para ello se llevará a cabo un acto en el Liceo Taoro de La Orotava, a las 10:30 horas. En el mismo participará el sacerdote Serge Ndayisaba quien también se hará presente en diferentes puntos de la diócesis.
El domingo 9 de febrero, las parroquias de toda España celebrarán la Jornada Nacional de Manos Unidas con una única colecta especial.
Serge Ndayisaba es natural de Burundi, tiene 59 años y es sacerdote mercedario. Desde hace 20 años está destinado en Camerún desarrollando diversos proyectos, muchos de ellos apoyados por Manos Unidas.
P.- ¿Cómo conociste a Manos Unidas?
R.- Yo estudié en Camerún donde trabajé como misionero muchos años. Ya conocía Manos Unidas, pero fue a partir de 2000 cuando empecé a trabajar con esta ONG de la Iglesia. Recuerdo que siendo ecónomo provincial en Madrid fui a su oficina para presentar un proyecto en Camerún. Desde entonces, Manos Unidas está en mi corazón.
P.- ¿Qué le dirías a las personas que tienen ciertas dudas de si las donaciones a Manos Unidas llegan a sus destinatarios?
R.- Yo puedo dar fe que la ayuda de Manos Unidas llega siempre al destino. Estoy aquí para dar testimonio entre otras cosas, de este tema. Son muchas las iniciativas que hemos emprendido gracias a esta organización. La primera de ellas estuvo enfocada a la liberación de la mujer en Camerún. En este país, la mujer es la columna vertebral de la familia. Muchos hombres, cuando tienen dinero, no comparten, no ayudan a la familia. Las mujeres se ven solas con sus hijos. Ante este problema, pensé que podía hacer una especie de cooperativa. Agrupé a las mujeres e hice un proyecto que ha contado con la ayuda de Manos Unidas. De esta forma, las mujeres han podido cultivar juntas aprovechando un terreno que da bastantes frutos porque llueve mucho”.
P.- Parece mentira que estas cosas sucedan a día de hoy…
R.- Así es. Hay que buscar cauces para que la mujer en Camerún se sienta libre. Gracias a estas cosechas alimentan a sus hijos y pueden acceder a la escolarización. Asimismo, lo que sobra lo pueden vender. De esta manera no dependen de lo que gana el hombre. Tienen su propia economía y, en ocasiones, montan sus propios comercios. Esto no solo genera dinero, sino también autoestima, porque la mujer es protagonista de su desarrollo.
P.- Por eso decías antes que la mujer es la columna vertebral de la familia, porque, por lo que cuentas, si no fuera por las mujeres, la sociedad y la economía se irían a pique.
R.- Efectivamente, es así. Por eso es tan importante darles todo el apoyo necesario. Ellas son clave para tener familias sólidas. También están muy comprometidas en la Iglesia.
P.- Para llevar a cabo este proyecto, ¿te has encontrado con facilidades o con oposiciones? ¿Cómo es la relación Iglesia-Estado en Camerún?
R.- Es muy buena. No hay ningún problema en este sentido, porque hay un gran número de cristianos. Además, la Iglesia Católica tiene un gran papel en la sociedad. Cuando desarrollamos proyectos en el país todos se alegran, es un bien para todos.
P.- ¿Qué otros proyectos destacarías?
R.- Por ejemplo, en el sector de la salud, con la ayuda de Manos Unidas hemos construido un pequeño quirófano, porque en la zona donde yo estoy, no hay ningún dispensario. Empezamos construyendo un pequeño quirófano, para hacer algunas intervenciones como circuncidar a los niños, cesáreas, etc. Asimismo, hemos logrado crear una oftalmología, ya que para curarse la vista, la gente tiene que hacer muchísimos kilómetros.
Por otro lado, como también tenemos muchos problemas de cortes de luz, Manos Unidas nos va ayudar con un proyecto para instalar placas solares que hemos iniciado recientemente.
P.- Tener un quirófano y dispensarios cercanos a las poblaciones habrá sido una gran alegría, teniendo en cuenta la alta tasa de natalidad que hay en el país.
R.- Sin duda. Piensa que, para ir desde los barrios hasta el hospital, en el centro de la capital, había que coger ambulancias y no hay. Gracias a este quirófano acortamos muchos kilómetros de distancia y eso supone en ocasiones salvar vidas.
P.- ¿Cómo está en la actualidad el acceso al agua potable en Camerún?
R.- En Camerún llueve mucho. Pero cuando llueve, el agua de la lluvia se mezcla con el agua sucia de los ríos. Esto es causa de muchas enfermedades, como diarreas, bacterias dañinas en el vientre, etc. Por eta razón, también he sacado adelante un proyecto con Manos Unidas para el acceso al agua potable. Hemos construido pozos en dos parroquias y están funcionando muy bien. Además, en nuestro centro de salud ya se cuenta también con agua potable. En definitiva, se trata de hacer las cosas poniendo en el centro a la persona.