El tinerfeño Fray Gonzalo Jiménez Suria tomó el hábito de la Orden de Predicadores

Diócesis de Tenerife
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El Obispado de Tenerife está situado en San Cristobal de La Laguna. La jurisdicción de la diócesis comprende Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro.

Seis nuevos novicios dominicos tomaron el pasado 15 de octubre, el hábito de la Orden de Predicadores en el Convento de Santo Tomás de Sevilla: Fray Jean Carlos Méndez González, Fray Moisés Norberto Nkogo Ndong Mokuy, Fray Vitaliano Nguema Okomo, Fray Ángel García Martínez, Fray Agapito Nguema Engono y el tinerfeño Fray Gonzalo Jiménez Suria.

La Eucaristía fue presidida por Fray Jesús Díaz Sariego, prior provincial de la provincia de Hispania; el cual en su homilía instó a cada uno de los novicios a emprender un camino nuevo, viviendo cada día la novedad de Cristo.

Al finalizar la misa, dio comienzo el rito de la vestición del hábito. Primero, el Prior Provincial oró, pidiendo al Señor la gracia de despojarnos del hombre viejo y sus acciones y revestirnos del hombre nuevo. Tras ello, los novicios fueron revestidos, uno por uno, con el hábito propio de los frailes predicadores, mientras, se invocaba al Espíritu Santo con el canto del Veni Creator. Una vez vestidos con el hábito blanco y negro, los novicios se volvieron a postrar en el suelo para levantarse finalmente y recibir el abrazo del prior provincial.

“La vida religiosa es en sí misma una perenne acción de despojarse del hombre viejo para revestirse de Cristo, que se hace visible simbólicamente cuando llega el momento de la vestición del hábito a los nuevos frailes”, afirmó Fray Gonzalo.

El joven dominico es natural de San Cristóbal de La Laguna y decidió entrar en la Orden tras un proceso de discernimiento que le ha llevado desde la infancia hasta su vida adulta. “Mi vocación se ha fundamentado en contemplar a Dios desde mi propia vida, desde las pequeñas cosas; así como también es un continuo agradecimiento, a mis padres que me educaron en la fe, a las religiosas Dominicas que se encargaron de mi educación, a los hermanos y sacerdotes que me acompañaron y, finalmente, a la Orden de Predicadores que me ha permitido formar parte de esta gran y numerosa familia”.

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