El jardín del Obispado verá crecer el árbol del Santo Hermano Pedro. En la mañana de hoy se ha plantado un ejemplar del árbol de Esquisúchil, también denominado como árbol del santo Hermano Pedro, en el jardín conocido como del obispo Rey Redondo de la Sede del Obispado. En dicho espacio también se van a instalar algunos recuerdos del edificio siniestrado. En dicho acto estuvieron presentes el vicario general, Domingo Navarro y el biólogo encargado de traer estos ejemplares desde Guatemala, Miguel Toores.
El nombre científico de este frondoso árbol de la Familia Borraginaceae es Bourreria huanita. Se trata de una especie en extinción y es originario de mesoamérica. Crece desde el sur de México hasta el norte de Nicaragua.
El Hermano Pedro, a mediados del siglo XVII sembró uno de estos árboles en la iglesia de El Calvario, en la Antigua Guatemala donde tiene especial veneración desde hace siglos. El Esquisúchil no sólo se utilizaba ornamentalmente en los jardines sino que se empleaba como medicina desde época muy antigua.
De la flor seca de este árbol se obtiene un té que se utiliza como tranquilizante. También se aplica para curar la tensión alta, enfermedades cardíacas, dolores menstruales, etc. El poder químico de las flores de Esquisúchil radica en su efecto antidepresivo, el cual ha sido demostrado en varios laboratorios.
“La intención de plantar este árbol en lugares santos, -ha indicado Miguel Torres- es perpetuar el recuerdo del Santo Hermano Pedro. El espécimen que plantó el Hermanito en Guatemala tiene ya 352 años de edad.”
En cuanto a las posibilidades de que este árbol prospere en La Laguna, Torres señaló que son muy buenas debido a la adecuada altura sobre el nivel del mar. “Además se tiene previsto plantar un ejemplar de este árbol en la Cueva del Santo Hermano Pedro, y otro en Vilaflor donde los vientos alisios son más fuertes y el terreno es un poco más pobre”. Torres hizo hincapié en que estos árboles necesitarán un cuidado permanente y exhaustivo para que puedan pegar con garantías.