Este pasado sábado 28 de octubre, la imagen de la Virgen de Guadalupe partió desde Alajeró hasta Chipude. Durante este tiempo en que la imagen está recorriendo los pueblos de la isla se suceden los encuentros con las diferentes realidades y grupos parroquiales.
En la isla colombina se encuentra el padre paúl José Luis Cañavate, perteneciente a la provincia de misioneros paúles de Zaragoza. Asimismo, forma parte del equipo del ministerio de misiones populares.
Cañavate está llevando a cabo en La Gomera la animación misionera a través de diferentes iniciativas. La labor apostólica de los padres paúles radica precisamente en poner al servicio de las parroquias, los elementos fundamentales de las misiones populares. “Durante estos días, -señala Cañavate-, estamos visitando a los enfermos, desarrollando catequesis evangelizadoras, administrando el sacramento de la reconciliación…Y una cosa muy importante, acompañando las alegrías de la gente, pero también sus dolores y sufrimientos. Por eso, nos hemos hecho presentes en las residencias de ancianos, los tanatorios y los cementerios. Además, hemos tenido encuentros con diferentes grupos como, por ejemplo, con las personas de la tercera edad, con los niños en los colegios, con los jóvenes, etc”.
Cañavate manifestó sentirse muy a gusto en la isla ya que se ha encontrado a una gente muy acogedora. “Estoy muy contento de compartir y vivir la fe con este pueblo gomero. Juntos estamos caminado en el seguimiento de Jesucristo. Todos los actos celebrativos y los momentos de oración los hemos preparado en colaboración con los misioneros claretianos de España”.
Cañavate recordó que los misioneros paúles portan la devoción a la Virgen de la Medalla Milagrosa. “Por experiencia, en nuestra labor misionera, la Madre nos abre muchas puertas, no solo de las casas, sino también de los corazones de la gente. María nos lleva al amor de su hijo. Él nos da la fortaleza, el ánimo, la esperanza y la alegría para seguir caminando en nuestro día a día”.
El padre paúl añadió que estos días de Bajada, la Virgen está intercediendo de una manera muy palpable. “En un evento lustral como este, María de Guadalupe realiza gracia tras gracia, no sólo en los fieles, sino también en los párrocos y en un servidor. A la Madre querida le pedimos que estos corazones ardientes de los jóvenes le respondan generosamente para vivir una vocación plena y auténtica al servicio de la Iglesia, ya sea en la vida matrimonial, en la vida sacerdotal o en nuestra vida apostólica y misionera como misioneros paúles”.
