Las familias en situación de pobreza y exclusión social con menores a su cargo suponen casi la mitad de las familias atendidas por la entidad. La entidad acogió en 2014 a un 21% más de personas sin hogar con respecto al año anterior. Desde Cáritas Diocesana de Tenerife advierten que la situación de pobreza en las Islas no se debe a la coyuntura económica sino al actual modelo socioeconómico que se lleva a cabo a costa de la dignidad de las personas.
El número de personas que se beneficiaron de la atención y servicios sociales que ofrece Cáritas Diocesana de Tenerife aumentó un 16,6 por ciento en 2014, pasando de 17.279 personas en 2013 a sumar un total de 20.149 beneficiarios al cierre del año pasado. Un aumento que desde la entidad relacionan con la subida en Canarias de las personas que se encuentran bajo el umbral de la pobreza y en exclusión social.
Así se aseguró durante la presentación hoy jueves, 4 de junio, de la Memoria Institucional 2014, que estuvo presidida por el Obispo de la Diócesis de Tenerife, Bernardo Álvarez Afonso; acompañado por el director de Cáritas Diocesana de Tenerife, Leonardo Ruiz del Castillo y la Secretaria General de la entidad en Tenerife, Rosa María Martín González, que refleja la difícil situación que se vive en el Archipiélago canario con un total de 580.000 personas bajo el umbral de la pobreza.
Ruiz del Castillo recordó que Canarias es una de las cinco comunidades autónomas con mayor riesgo de pobreza y exclusión social en España, y tachó de «muy grave» el hecho de que solo el 26,3% de los canarios esté plenamente integrado en la sociedad. «En Cáritas no podemos ni queremos cerrar los ojos ante esta realidad, porque detrás de estas cifras hay una serie de circunstancias de vulnerabilidad, extrema precariedad, desigualdad y empobrecimiento que afectan a personas y a familias enteras».
El director de Cáritas Diocesana de Tenerife también consideró fundamental que se lleven a cabo iniciativas para paliar las cifras de exclusión social, pobreza y precariedad laboral que se vive en la provincia y en el resto del Archipiélago, como «dejar atrás la idea de que el desarrollo social y de las personas está ligado al crecimiento económico», ya que entiende que las profundas realidades de pobreza que viven las familias en Canarias, no sólo son consecuencia de la coyuntura económica, «sino fundamentalmente del modelo socio-económico que se ha consolidado y que exalta los beneficios económicos a costa incluso de la dignidad de todas las personas».
De acuerdo con los datos recogidos en la Memoria, Cáritas Diocesana de Tenerife atendió en 2014 de forma directa a 7.299 personas, lo que significa que, si los hogares de las personas que se atienden en la entidad están formados por una media de 2,5 personas, la acción ha beneficiado a esas más de 20.000 personas en la provincia durante el año pasado.
De las 7.299 personas atendidas de forma directa, un total de 6.693 fueron atendidas desde la acción social de base (Cáritas parroquiales) y 606 desde los recursos especializados, como son los distintos proyectos y programas sociales y de empleo que tiene en marcha la entidad en la provincia tinerfeña.
Mujeres y familias con menores, los que más piden ayudas
En relación a las características sociodemográficas de las personas atendidas, el 71% fueron mujeres, que, además, son las que siguen afrontando la carga familiar y las que suelen solicitar ayudas, mientras que la situación familiar de las personas que se acercaron a Cáritas Diocesana de Tenerife en 2014 fue variada. El 33% correspondió a parejas con hijos; el 30% a familias monoparentales y monomarentales; el 27% fueron personas que viven solas; el 6% a parejas sin hijos y el 3% a otros tipos de familias.
En este sentido, desde Cáritas Diocesana de Tenerife recordaron que el caso de las familias con menores a su cargo es especialmente grave, ya que la pobreza afecta sobre todo a niños y niñas que, en muchos casos, presentan signos de malnutrición y soportan situaciones de tensión en el seno de su propia familia. Casi la mitad de las familias atendidas por Cáritas en Tenerife tienen hijos a su cargo, personas dependientes económicamente a las que se les debe garantizar el desarrollo de la vida en condiciones de dignidad.
Por su parte, los recursos alojativos de Cáritas Diocesana de Tenerife acogieron a 174 personas extranjeras en 2014, con el objetivo de trabajar por unos derechos sociales más justos, con garantías para todas las personas que conviven en sociedad.
Una de las mayores dificultades que tenían las personas en situación de exclusión social que se acercaron a Cáritas Diocesana de Tenerife en 2014, era la de afrontar los pagos de sus viviendas, ya que las rentas son insuficientes para cubrir el pago de alquiler y de los suministros. En este sentido, la entidad acogió a un 21% más de personas sin hogar en 2014 con respecto a 2013, a través de los proyectos con los que cuenta en la provincia tinerfeña.
Los responsables de Cáritas Diocesana de Tenerife destacaron también la importancia del trabajo que realizan los 917 voluntarios de la entidad en la provincia tinerfeña para acercase a esta realidad social, de los cuales 713 son mujeres y 204 hombres. De los 917, un total de 298 tenían entre 51 y 65 años, y otros 298 fueron voluntarios con más de 65 años.
Casi un centenar de personas encontraron empleo
Casi 400 personas se beneficiaron en 2014 del Programa de Empleo desarrollado por Cáritas Diocesana de Tenerife, con el objeto de facilitar a los ciudadanos su acceso al mercado laboral y ayudarles a encontrar la salida profesional que más se adapta a su perfil y a las oportunidades del entorno.
La entidad realizó en 2014 un importante esfuerzo para reforzar el servicio de orientación, formación e intermediación laboral que presta, permitiendo mejorar la empleabilidad de las personas atendidas e incrementando sus posibilidades de acceso al mercado laboral. Fruto de este esfuerzo, 97 personas desempleadas consiguieron incorporarse al mercado laboral, otras 235 pasaron por el servicio de orientación laboral del Programa de Empleo y 105 continuaron en procesos de formación.
Desde Cáritas solicitan atajar de forma urgente el crecimiento de la desigualdad, adoptando medidas eficaces sobre la protección social y la mejora de la eficiencia de los Servicios Sociales Públicos, así como que se fomente el establecimiento de una política fiscal adecuada, a través de la aportación de la ciudadanía en función de sus ingresos y su patrimonio.
La entidad considera necesario impulsar un mayor papel de la sociedad civil para el fortalecimiento de lo público, configurándose como constructores del bien común desde los principios de solidaridad y subsidiariedad.