El Congreso diocesano del apostolado seglar se desarrolló en el Seminario Diocesano con una participación de más de 170 personas de distintos grupos, movimientos, parroquias y otras realidades eclesiales.
Después de la oración y del saludo de la delegada diocesana, María José García y del obispo nivariense, Bernardo Álvarez, hubo una primera comunicación a cargo de Sor Carmen Bonelli, Religiosa de la Asunción. Ya, después de media mañana fue Xosé Manuel Domínguez Prieto, profesor de filosofía, el encargado de disertar de un modo dinámico sobre «La alegría de ser profeta. Ser laico en el siglo XXI».
Domínguez se preguntó quién es el profeta y cómo se desarrolla en este siglo el profetismo. Posteriormente, se centró en describir al profeta laico como testigo de lo importante, que habla de lo que ha visto y oído. La segunda parte de su intervención estuvo centrada en el profeta laico que anuncia desde la alegría y, la última parte de su ponencia, fue una oportunidad para explicar cuatro palabras del profeta: Ecce: aquí estoy; Surge: despierta; Vocatio: llamada; Fiat: hágase.
Domínguez hizo llegar su mensaje a los participantes de una forma amena y muy didáctica, yendo al quicio de la identidad profética: «El laico debe encontrar en el encuentro con Dios y en la oración, la fuente de su testimonio evangelizador». Usó para ello ejemplos prácticos sobre los distintos tipos de «protestas», haciendo un símil con globos: El desinflado, el explotado, el que se fuga del compromiso, el superapostol y el que vive desde el Espíritu de Dios. Tras una ronda de preguntas, tuvo lugar el almuerzo. La jornada finalizó con el trabajo personal y en grupos, lectura de las aportaciones y elaboración del «Manifiesto del congreso».
