«Jesús es el Señor de nuestras vidas, eso es lo que celebramos hoy», afirmó el obispo Nivariense al comienzo de las celebraciones de este Domingo de Ramos en La Laguna.
Poco después de las diez, en el exterior del Convento de Santa Catalina, comenzaba esta jornada con la lectura del evangelio y las breves palabras del Obispo. ¿En qué Cristo creemos? ¿Por qué estamos aquí en esta mañana portando ramos y olivos? ¿Qué significa Jesús en mi vida? Estas son algunas de las preguntas que Bernardo Álvarez invitó a hacerse a los fieles en su alocución antes de iniciarse la procesión litúrgica de este Domingo de Ramos. Tras ellas, bendijo los palmos y olivos que portaban los presentes.
A continuación se organizó la procesión litúrgica de esta mañana en la que participaron Hermandades y Cofradías. A su llegada a la Catedral, se inició la solemne eucaristía de este Domingo de Ramos, pórtico de la Semana Santa.
En esta Misa tuvo un momento relevante en la proclamación de la Pasión de Jesucristo según el evangelio de S. Lucas.
El obispo en la homilía prolongó la reflexión iniciada anteriormente. Se centró en otra cuestión: ¿A qué Cristo seguimos; qué Mesías? Para ayudar a reflexionar y responder a estas preguntas el obispo expuso algunos contrastes centrados en los olivos de hoy y los de Getsemaní. Un Jesús – dijo- que aceptó las aclamaciones de esta jornada, pero que se muestra como Mesías Siervo, débil, impotente -humanamente hablando-. Su «poder es el perdón y la misericordia, la donación de si mismo, la confianza en el padre, la paciencia y el silencio ante el triple juicio al que iba a ser sometido»- expuso.
En este sentido, en el marco del Jubileo de la Misericordia que está viviendo la Iglesia, el prelado Nivariense señaló que «toda la pasión está enmarcada en el perdón y la misericordia». Para concluir volviendo a invitar a los presentes en el primer templo de la diócesis a plantearse en que tenemos que convertir nuestro concepto de Dios y cuál es la mirada que tenemos ante la Pasión de Jesús.
Después de la Misa salió en procesión la imagen de «la entrada de Jesús en Jerusalén».