
Con motivo del «Día Mundial de la Asistencia Humanitaria 2022», que tiene lugar el 19 de agosto, Manos Unidas alerta del incremento del número de personas que, por diversas circunstancias, necesitan de esta asistencia para su supervivencia. Según Naciones Unidas, en 2022, la población dependiente de la ayuda humanitaria alcanzará la cifra record de 274 millones de personas.
En este año, cuando la grave emergencia sanitaria derivada de la pandemia de COVID-19 parece estar remitiendo, el mundo se enfrenta a otras muchas emergencias -acrecentadas por las enormes desigualdades que ha producido la pandemia- que ponen en riesgo extremo la vida de millones de personas, la gran mayoría de ellas en países empobrecidos.
Según el último informe de la OCHA, la Oficina de la ONU para la coordinación de asuntos humanitarios, «las economías y los medios de vida han quedado devastados (por la pandemia), lo que ha aumentado las necesidades humanitarias y alimentado los conflictos». A esto hay que sumar el aumento de emergencias y catástrofes derivadas del deterioro del clima; el hambre y la inseguridad alimentaria; los conflictos, que siguen golpeando a la población civil, y el incremento del número de personas desplazadas internas (más del 1 % de la población mundial).