Habrá varias conferencias, un homenaje a los párrocos del siglo pasado y un concierto sacro. El próximo 19 de marzo, la parroquia de San Juan Bautista en el pueblo de Vallehermoso, celebra el primer centenario de su templo parroquial actual.
Esta parroquia del norte gomero, es de las primeras comunidades cristianas de esta isla. La parroquia de San Juan se erige allá por el año 1632 sobre una ermita existente dedicada al precursor de Cristo en el siglo XVI.
Distintos avatares históricos ha sufrido la comunidad de San Juan Bautista. Pero el último y trágico que se recuerda es el incendio del anterior templo parroquial el 8 de julio de 1893. Lo que se está conmemorando precisamente ahora es la reconstrucción, o construcción de un nuevo templo sobre el emplazamiento del anterior, de estilo neogótico, obra del arquitecto Antonio Pintor, que fue bendecido y dedicado al culto el 19 de marzo de 1910.
Como parte del programa conmemorativo de tal efeméride, la tarde del 19 de marzo a las 18,00 hs. el licenciado en historia del arte Pablo Jerez Sabater, acercará a los que participen en su conferencia a la figura del arquitecto Antonio Pintor. Así mismo a las 19,00 hs. el obispo, Bernardo Álvarez Afonso, presidirá la eucaristía, dentro de la cual se hará un sentido homenaje a todos aquellos sacerdotes que, como párrocos, han presidido la comunidad el último siglo, y están vivos.
El día 20, y como prolongación del programa del centenario, se celebrará otra conferencia, esta vez a cargo del profesor Rubén Martínez Carmona, que nos acercará a la historia del pueblo de Vallehermoso en el último siglo.
Y cierra programa un concierto sacro a las 20,00 hs. a cargo del coro polifónico parroquial de San Marcos Evangelista, del vecino pueblo de Agulo.
Su párroco, Cristóbal Rodríguez, ha manifestado que “deseamos y esperamos que sean días en los que cada uno de los habitantes de Vallehermoso y de la isla de La Gomera tengan ocasión de encontrarse con su historia y su patrimonio, pero para los que somos cristianos, que sean días de renovar nuestra conciencia de comunidad viva y peregrina, siempre en marcha en la construcción del Reino de Dios”.