La parroquia de La Concepción, en La Laguna, acogió a mediodía de este domingo, la principal celebración del Día de la Iglesia Diocesana, la Eucaristía presidida por el Obispo, Mons. Bernardo Álvarez.
En su homilía, Bernardo Álvarez invitó a los presentes a vivir “en estado de vigilancia, poniendo los talentos al servicio del bien común y de la construcción de la propia Iglesia”. El Prelado resaltó que “este día es una jornada de fiesta para la gran familia de Dios que, en nuestro caso, vive en las islas de El Hierro, La Gomera, La Palma y Tenerife”. Somos, dijo, "como iglesia, signo e instrumento de la salvación de Dios; llamados a hacer visible la universalidad de la Iglesia". Álvarez señaló que cada diócesis es una porción de la Iglesia universal, una, santa, católica y apostólica. En ella está presente la Iglesia entera, ya que tiene la fuerza del Espíritu, el alimento de La Palabra y la Eucaristía y la guía de un obispo”.
Además Bernardo Álvarez felicitó al grupo de laicos que este año han sido distinguidos como “cooperadores insignes de la diócesis”: el matrimonio compuesto por D. Ramiro Becerra y Dña. Carmen Domínguez; las hermanas Dña. Nieves Pérez Socas y Dña. Onelia Pérez; Dña. Carmen Hernández y Dña. María Teresa Rodrigálvarez.
“Damos – señaló el Prelado – gloria a Dios que ha hecho grandes cosas en ellos y a través de ellos, y en ellos damos gracias a los miles de laicos que trabajan, prestan generosa y desinteresadamente sus servicios en la Iglesia, en los distintos campos de la catequesis, la enseñanza, Cáritas, la pastoral de la salud, penitenciaria, etc.
Tras la Misa en el seminario se celebró el acto de reconocimiento a estos cooperadores insignes de la diócesis, así como un almuerzo festivo. En la entrega de la citada distinción de cooperadores insignes se puso de manifiesto la vida de estas seis personas que han pasado muchos años en distintos lugares tanto parroquiales como diocesanos, tanto de promoción de la cultura, como de catequesis, tanto de oración como de Cáritas. En definitiva, estas distinciones – señaló el Obispo – ponen de manifiesto una Iglesia en la que cada uno somos miembros activos y prestamos nuestros servicios en los ámbitos de la Palabra, la Liturgia y la Caridad.