Cáritas Diocesana de Tenerife ha alertado esta mañana de los graves efectos que los drásticos recortes aprobados por el Gobierno de Canarias en las subvenciones anuales que aporta a la institución van a tener sobre las personas que están en situación social más precaria.
En una rueda de prensa celebrada a las 11 horas de hoy en el Seminario Diocesano, el obispo de Tenerife, monseñor Bernardo Álvarez Afonso, y el subdirector de Cáritas Diocesana, José María Rivero, han explicado en detalle la alarmante evolución del descenso de la financiación del Gobierno autonómico experimentada en los tres últimos años y los efectos drásticos que estos recortes suponen sobre la viabilidad de algunos de los proyectos más significativos de Cáritas.
Estos recortes afectan directamente a proyectos específicos de Cáritas Diocesana, hasta el punto de provocar su cierre o una reestructuración de tal envergadura que, en el caso de que puedan mantener su actividad durante 2013, «nada se parecerá a lo que antes estaba funcionando», en palabras del propio Rivero.
Por su parte, el Obispo manifestó su ‘tristeza’ por las personas afectadas por la realidad anunciada, los que asisten a estos programas, el personal contratado, etc. «Cáritas tiene su origen y fuente en la comunidad cristiana»- dijo- para llamar a la comunicación cristiana de bienes de los que más tienen hacia los que menos tienen. La labor de Cáritas – indicó- es ‘subsidiaria’, ya que lo que deseable es que las instituciones públicas atiendan a las personas y a los colectivos más vulnerables y pobres.
El obispo agradeció la colaboración durante estos años de las instituciones, al tiempo que llamó a la sociedad en general y a los católicos en particular, a incrementar la solidaridad para atender a los más empobrecidos e intentar salvar los proyectos de Cáritas diocesana. «Es un deber de los cristianos no cerrar los ojos, el corazón y las manos ante las personas necesitadas, Jesús mismo lo dijo, lo que hagan a uno de estos hermanos míos, a mí me lo hacen»- recalcó el prelado nivariense. «Que todos arrimemos en hombro»- concluyó.