Con motivo de la celebración del Día Internacional de los Trabajadores, el próximo 1 de mayo, Cáritas Española presenta su informe anual de Economía Solidaria para dar cuenta de la actividad desarrollada durante 2022 en un contexto marcado por la inestabilidad y precariedad del mercado laboral.
En un año en el que la inflación y las consecuencias económicas de la guerra en Ucrania comenzaron a debilitar el crecimiento del empleo, Cáritas consiguió acompañar a 64.865 personas, de las cuales 12.807 (una de cada cinco) lograron acceder a un puesto de trabajo. En medio de un escenario plagado de dificultades, nuestra Confederación logró atender a un 11,7% más de personas que el año anterior, al pasar de 57.233 personas a 64.865.
Cáritas dedicó el año pasado la cifra récord de 117,5 millones de euros a todas sus iniciativas de economía solidaria (programas de empleo, empresas de inserción, comercio justo). La suma es un 15,9 por ciento superior al año anterior (18,8 millones de euros más). De ese total, 35,3 millones fueron destinados concretamente a itinerarios de inserción sociolaboral.
Si se tiene en cuenta que los 35 millones de euros invertidos en empleo han servido para que casi 13.000 personas encuentren trabajo, eso supone una inversión media de 2.700 euros por persona que accede al empleo.
“No hablamos de gasto, sino de inversión. Y no lo hacemos en términos metafóricos o poéticos sino porque para nosotros, cada recurso invertido supone un retorno en el medio-largo plazo desde el punto de vista social y también económico porque la persona no solo gana en autoestima, reconocimiento de su dignidad y acceso a sus derechos, sino que deja de percibir prestaciones, pasa a pagar impuestos y genera crecimiento económico por la vía del consumo”, explica el director de Acción Social, Francisco Lorenzo.