El párroco de Santa María y Santa Bárbara, Rafael Calderón, ha hecho esta mañana un llamamiento al pueblo, empresas e instituciones de Écija para salvar la iglesia del antiguo convento de la Merced, que precisa una actuación inmediata, “al menos para garantizar la seguridad del templo”. Esta mañana se ha presentado en dependencias del colegio salesiano aledaño a la iglesia un proyecto que ya se está poniendo en marcha, por parte de la empresa Ágora, con el objetivo de salvar las afecciones estructurales que dieron la cara con el desplome de parte de la cubierta principal.
El arquitecto que dirige la obra, José Antonio Lubiano, ha subrayado que las obras marchan a un ritmo pausado, “ya que hay que hacer pruebas constantemente”. De hecho, no descarta que el plazo inicialmente previsto de cinco meses se prolongue dos meses más. El presupuesto total ronda los 400.000 euros, 150.000 de los cuales han sido aportados por la Archidiócesis, de ahí que tanto el párroco como el hermano mayor de la Piedad, José Manuel Mateos, hayan hecho un llamamiento a todo el pueblo para una colaboración efectiva que se traduzca en los fondos necesarios para financiar esta primera fase de las obras. Una vez asegurado estructuralmente el templo, habrá que iniciar una segunda fase con otros aspectos secundarios de la actuación.
Rafael Calderón ha subrayado que el objeto de estas obras no revierte en la seguridad del colegio anexo. Tras agradecer la implicación de la Archidiócesis, se ha dirigido al pueblo, porque “el resto tiene que salir de la ciudad de Écija”. Ha recordado que la Merced “es un gran templo con grandes obras de arte que Écija no puede perder, pero -ha añadido- tiene también una gran valía pastoral”. En esta línea, ha reiterado que “sin toda la ciudad, la iglesia de la Merced va a tardar mucho tiempo en volverse a abrir”.
El hermano mayor de la Hermandad de la Piedad se ha expresado en similares términos, rememorando el trance que supuso en su día dejar su sede de la Merced, donde la corporación tiene su sede desde 1543. Consciente del grave estado que presenta el inmueble, Mateos ha adelantado que se van a dirigir a todos los que puedan poner de su parte para que la Merced no se pierda.
Por su parte, el arquitecto ha adelantado que en esta primera fase hay que cambiar toda la estructura de la cubierta y la propia cubierta. También hay que instalar tirantes y rellenar las fisuras detectadas.
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