El pasado 25 de mayo comenzó en Roma el año dedicado al santo de la alegría, San Felipe Neri, con motivo del quinto centenario de su nacimiento. Mario Avilés es el procurador general de la Confederación del Oratorio de San Felipe Neri y ha estado en Sevilla, donde se ha iniciado el peregrinar el busto-relicario del fundador de una institución con 84 casas en más de 20 países de Europa, América y África, con más de 600 miembros.
¿Cómo se va a vivir este aniversario en los oratorios de San Felipe Neri?
Es una ocasión muy especial para las 86 congregaciones confederadas que hay en el mundo. Podremos mirar a nuestras raíces, como nos han pedido en varias ocasiones los últimos papas. Son quinientos años del nacimiento de ‘la sonrisa de Dios con nosotros’, que es como le llamamos. Cada congregación tendrá sus celebraciones particulares, con eventos culturales, religiosos etc.
Acabamos de inaugurar el ‘año filipense’ en Roma ¿Cuáles van a ser los momentos centrales de esta celebración?
La apertura fue el 25 de mayo, víspera de la fiesta de San Felipe Neri, con una misa solemne en la iglesia nueva Santa María en Vallicella, en Roma, donde se encuentran sus restos mortales y donde inició el Oratorio y la congregación. Habrá un segundo momento en Florencia, que es la ciudad natal de San Felipe Neri, el 20 y 21 de julio. El día 20 es un momento de preparación, dos encuentros con laicos y otros con sacerdotes para una oración santa eucarística, y por la noche un encuentro de oración en el batisterio. San Felipe Neri fue bautizado al día siguiente de su nacimiento como era la costumbre en aquel tiempo en el batisterio de San Juan de los Florentinos y ahí es donde tendremos ese acto. Y el 21, el propio día del nacimiento de San Felipe, el cardenal de Florencia presidirá la Eucaristía en la Catedral. El jubileo se prolongará hasta 2016, con la clausura en Roma a cargo del cardenal secretario de Estado el 26 de mayo.
A San Felipe se le conoce como el santo de la alegría, pero quizás hay otra faceta suya que no se conoce tanto
Sí, el San Felipe Neri místico, porque fue conocido por momentos muy intensos de oración. Una de sus experiencias místicas más importantes, si podemos llamarla así, ocurre en las catacumbas de San Sebastián, en Roma. Siendo laico se retira allí a hacer oración por días enteros, y tiene una experiencia en Pentecostés de 1544 cuando el Espíritu Santo se le manifiesta apareciendo como una bola de fuego que entra por su boca y sale por su corazón. Creo que esta parte de San Felipe es muy poco explorada, muy poco conocida. El tuvo una gran influencia de los padres dominicos en su tierra natal, Florencia, y después en Roma. Ese aspecto es importante para redescubrir de San Felipe, el gran místico en los momentos de oración profundos, intensos, los éxtasis mismos que caían cuando celebraba la misa.
La película ‘Prefiero el paraíso’ acercó la figura del santo al gran público ¿Han pensado en alguna iniciativa cultural con ocasión de este aniversario?
Efectivamente, la película, muy emotiva, a todos nos gustó mucho. Fue hecha para llegar a la gente que no tenía una idea muy precisa de San Felipe Neri. Es una película muy bien lograda. Tenemos varias iniciativas culturales a nivel de la confederación, en Roma, entre ellas la restauración del cuadro que se hizo en la conmemoración de su beatificación, que este año cumple 400 años y está en la iglesia de Santa Maria Vallicelli. Quienes hayan estado en Roma los últimos años habrán percibido que se ha impulsado mucho la vertiente cultural, pensando en lo que San Felipe Neri hacía, y hemos tratado de regresar a estas prácticas, que son muy útiles. Además, en varias partes del mundo se están rescatando piezas iconográficas destacables .
Algo de eso ha tenido su origen en Sevilla…
Pues sí. Precisamente en Sevilla ha comenzado el recorrido de una imagen de nueva factura que recorrerá nuestras casas. Es un busto-relicario que bendijo el arzobispo de Sevilla.
¿Por qué en Sevilla?
El autor de la obra es sevillano, aquí es donde nació esa idea y el padre Rafael Muñoz fue quien nos ayudó a hacer realidad esta iniciativa. Además, encontramos la disponibilidad del arzobispo para la bendición y quisimos que aquí comenzara ese peregrinar.
¿Qué aspecto de la espiritualidad filipense convendría propagar con ocasión del aniversario?
En su tiempo, San Felipe Neri dio una respuesta muy interesante a lo que hoy llamamos nueva evangelización. De hecho, cuando inicia el Oratorio fue altamente criticado pero era la manera de llegar a las personas. La gente, poco tiempo después de la reforma protestante la Iglesia, estaba pasando por un momento de dificultad y San Felipe crea el Oratorio para llegar a las personas a través de la cultura, del arte, la música…, a través de lo que la gente le atraía. Y tuvo mucho éxito. Empezó con un grupo pequeño y después tuvo que construir un lugar para el Oratorio.
¿Pudo ser un adelantado a su tiempo?
Creo que hoy viene muy a tono el mensaje de San Felipe Neri para lo que nos habla en repetidas ocasiones el santo padre Francisco; esa nueva evangelización, llegar a las personas, hacer accesible el Evangelio, que las personas puedan ver ese nuevo rostro de la Iglesia… Y creo que es muy válido hoy en día lo que San Felipe hizo hace 500 años, cuando comenzó.
Hablemos de las vocaciones ¿Cómo están de vocaciones los filipenses?
Antes de nada hay que saber que las casas de las congregaciones son pequeñas y que sus miembros tienen permanencia, están en esa casa para siempre. Eso hace que sean comunidades pequeñas. Dicho esto, puedo decir que en lo pequeño de nuestras casas estamos bastante bien. Se nota la crisis en la respuesta de los jóvenes a la vocación de la vida religiosa, a la vida sacerdotal, pero puedo decir que en general estamos bien, nuestras casas cuentan con miembros. En los países de Latinoamérica están muy bien, gracias a Dios. Actualmente tenemos 18 proyectos de fundación en todo el mundo, lo cual es muy bueno. Son proyectos de fundación donde caminan grupos de sacerdotes y laicos, y los seminaristas que están pensando en establecer una congregación. Resumiendo, no excelentemente bien pero gracias a Dios tenemos vocaciones.
En su paso por Sevilla ha podido conocer de primera mano los oratorios de la Archidiócesis ¿Qué destacaría de esta presencia?
El Oratorio tiene en Sevilla una presencia de muchísimos años, y los padres tienen una huella profunda en la vida de la Iglesia. Han llegado a nuevos lugares y estoy muy impresionado del trabajo de los padres, que han salido a buscar a los fieles en este mismo sentido de la nueva evangelización.
Terminemos esta entrevista con una hipótesis: si San Felipe regresara cinco siglos después y viera la realidad de los Oratorios ¿qué impresión se llevaría?
Creo que estaría muy contento. En nuestras comunidades tratamos de vivir el espíritu y, aunque es imposible imitarlo porque además era único y un santo, creo que tratamos de imitarlo. En cuanto a la Iglesia, creo que si viera lo que está pasando estaría muy contento, porque era el espíritu y la visión que él tenía.