El Delegado diocesano de Hermandades y Cofradías y párroco de San Vicente, Marcelino Manzano, inauguró el pasado 16 de diciembre el I Seminario de Formación Cofrade ‘Antonio Domínguez Valverde’. Manzano analizó la bula del Papa Francisco ‘Misericordiae vultus’, eje central del Año Jubilar de la Misericordia, en relación con la vida de las cofradías y las hermandades.
El sacerdote afirmó que «si sabemos que Jesucristo es el rostro de la misericordia del Padre, nuestras acciones deben estar impregnadas de misericordia». El párroco de San Vicente recordó las palabras del Papa Francisco referidas a que la misericordia: «es una necesidad, fuente de alegría y de paz». Para el Delegado Diocesano de Hermandades y Cofradías, el Año de la Misericordia «no debe ser recordado como el año en el que Jesús del Gran Poder acudió a la Catedral, sino como el año en el que se haga una obra que haga el bien durante mucho tiempo».
Por otra parte, para Marcelino Manzano, «la prueba de credibilidad del cofrade es la misericordia. En el siglo XXI tenemos la obligación de hacer visible la misericordia, si no, no tienen sentido las hermandades». El Delegado Diocesano de Hermandades y Cofradías concluyó con » nueve rasgos que debe tener el rostro cofrade de la misericordia»: el hermano debe acudir a la hermandad a alimentarse «espiritualmente»; la práctica de la misericordia hay que hacerla con libertad, con independencia evangélica; el culto a las imágenes nos tiene que llevar a Dios; la misericordia implica llenarse de Dios mediante la misa dominical y los ejercicios de piedad; la devoción a la Virgen es un camino a la misericordia; hay que intensificar la formación, como camino de fe; hay que vivir la Pasión de Cristo como una acción de gracias al Señor por su misericordia.; los recursos económicos deben usarse con conciencia eclesial; y es necesario salvaguardar nuestra identidad eclesial, para que no se limite en algo tradicional o cultural.