Hoy, 18 de septiembre, se cumplen siete años de la ceremonia de beatificación de Madre María de la Purísima, la que fuera madre general durante 22 años de la Compañía de la Cruz, institución fundada por santa Ángela de la Cruz. Fue sin duda una ceremonia muy especial, por el lugar elegido, por tratarse de una de las instituciones más queridas de la Archidiócesis y por una participación muy especial.
El Estadio de la Cartuja acogió la ceremonia que presidió el cardenal Ángelo Amato, prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos. Para la ocasión, se trasladó la imagen de la Esperanza Macarena desde su basílica hasta el estadio, y en las gradas del estadio se dio cita una multitud procedente no sólo de la capital sino de todas las localidades en las que hay comunidades de las Hermanas de la Cruz.
“Iluminada por la sabiduría de la Cruz”
Benedicto XVI definió a la nueva beata como “iluminada por la sabiduría de la Cruz”, y subrayó que “dedicó su vida al servicio de los pobres y de los enfermos y a la educación cristiana de la juventud”.
Al día siguiente de la beatificación se celebró en la Catedral de Sevilla una Eucaristía de acción de gracias. En el Altar del Jubileo se expuso la imagen de la nueva beata, que posteriormente fue llevada en procesión hasta la iglesia de San Juan de la Palma.
beatificacion03Cinco años después, la Santa Sede confirmó la canonización de Madre María de la Purísima una vez aprobado un segundo milagro acaecido por su intercesión. La canonización tuvo lugar el 18 de octubre de 2015 en Roma, en el curso de una Eucaristía que presidió el papa Francisco.
Biografía de Santa María de la Purísima.
