El día 3 de febrero celebramos la fiesta de San Blas, obispo mártir de origen armenio del siglo IV, cuya devoción está muy extendida como patrono y protector frente a las enfermedades de garganta. En la Catedral de Sevilla se conserva esta pintura, obra del artista florentino Vicente Carducho, que podemos encontrar en la Capilla de San José.
Esta obra fechable en el primer tercio del siglo XVII nos muestra a San Blas revestido de pontifical con capa pluvial, mitra y báculo, bendiciendo con su mano derecha a un niño, al cual cura tocando su garganta con la mano izquierda, mientras que el joven acerca ambas manos a su cuello, con gesto de dolor. Como apunta el catedrático Enrique Valdivieso, es reseñable el contraste entre la presencia monumental y solemne del santo y la sencillez y pequeñez del niño. Igualmente, podemos destacar la expresividad de ambos rostros así como el tratamiento de las telas, en especial la de la capa pluvial y la ampulosidad del manto que viste el niño. El fondo oscuro de la composición aporta dramatismo al momento de la curación, mientras que la luz, que baña a ambas figuras, subraya la intervención divina en este milagro operado por intercesión del santo obispo.
Vincenzo Carducci, conocido en nuestro país como Vicente Carducho, nació en Florencia alrededor de 1574, si bien con apenas siete años se traslada a Madrid donde su hermano mayor Bartolomeo se encontraba trabajando en el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial a las órdenes del pintor italiano Federico Zuccari. Vicente Carducho logra en 1608 la plaza de pintor del Rey, donde coincidirá con Velázquez. Hay que destacar igualmente la importancia de este pintor florentino como tratadista y escritor, publicando en 1633 la obra Diálogos de la Pintura. Falleció en Madrid en 1638 dejando, especialmente en Madrid, Valladolid y el monasterio cartujo de El Paular, una amplia producción en la que sobresale su pintura de temática religiosa en la línea del clasicismo contrarreformista.
En esta misma capilla de San José se encuentra otra representación de San Blas; en efecto, y formando parte del retablo de esta capilla, aparece la escultura realizada entre 1801 y 1804 por el artista murciano Alfonso Giraldo Bergaz (1744-1812), autor igualmente de las imágenes de San Miguel, Santa Lucía, Santa Teresa de Jesús y el relieve de la Virgen entregando el rosario a Santo Domingo de Guzmán que completan dicho retablo diseñado por Pedro Arnal y que se encuentra presidido por la imagen del Santo Patriarca esculpida por José Esteve Bonet.
Igualmente en la Catedral se encuentran otras pinturas que representan a San Blas, como la tabla que se encuentra en el primer cuerpo del retablo de San Bartolomé, en la Capilla de Santa Ana, fechable entre 1500 y 1504, o el interesantísimo lienzo que forma parte del retablo de la Visitación, en la Capilla del mismo nombre, obra de Pedro Villegas Marmolejo, de 1566-1568.
Antonio Rodríguez Babío
Delegado diocesana de Pastrimonio Cultural
