Acaba de publicarse el libro “Lumen de Lúmine. Conservación preventiva de las vidrieras en la Catedral de Sevilla”, que recoge el catálogo completo de las más de ochenta vidrieras que decoran nuestra Catedral, así como el ambicioso plan de restauración y conservación que desde el año 2000 el Cabildo está llevando a cabo para preservar este rico y único patrimonio.
Este conjunto de vidrieras presenta una cronología que abarca desde el siglo XV hasta el XX, iniciándose en 1478 con el conjunto de 17 vitrales que realiza Enrique Alemán. Posteriormente enriquecerán las ventanas y huecos de la Catedral algunos de los maestros más importantes de cada momento, como Jean Jacques, Arnao de Vergara, Arnao de Flandes, Mateo Martínez, Vicente Menardo y Carlos de Brujas en el siglo XVI, Juan Bautista de León en el XVII, Francisco Gutiérrez en el XVIII, y a finales del siglo XIX y en el siglo XX algunas de las fábricas más importantes de Europa como la Casa Zetler o la Casa Maujean. Cuando en el siglo XXI se comienza la intervención conservativa en las vidrieras, se le encarga a la prestigiosa firma alemana de vidrieros GlassMalerei la restauración y mantenimiento de este delicado y luminoso patrimonio.
La publicación recoge así en forma de catálogo completo una ficha por cada vidriera en la que aparece el nombre, la autoría, datación, fecha de la restauración y su localización en planta y sección. Además, incluye un breve texto en el que se describe la iconografía representada, así como un esquema en alzado del marco arquitectónico de la vidriera en cuestión, completándose la ficha con una foto de gran calidad.
Antecediendo a las fichas aparecen una serie de textos que introducen el catálogo; primeramente, unas palabras de presentación a cargo de Francisco Ortiz Gómez, anterior delegado de Administración y Patrimonio del Cabildo Catedral, promotora del libro, y de Antonio Pulido, presidente de la Fundación Cajasol, entidad patrocinadora de la publicación y de la exposición que se ha celebrado en la sede de dicha fundación. Seguidamente los autores del catálogo, el arquitecto D. Jaime Navarro y la conservadora de bienes muebles de la Catedral, Ana Isabel Gamero, presentan un completo informe sobre la construcción y conservación de este rico patrimonio vítreo que atesora nuestra Catedral.
Hay que señalar la importancia y trascendencia de esta publicación, ya que desde que Víctor Nieto publicara en 1969 la imprescindible monografía titulada “Las vidrieras de la Catedral de Sevilla”, no se ha actualizado la información relativa a estas obras tan importantes y tan configuradoras del espacio catedralicio por medio de la luz.
Por todo ello, hay que felicitar al Cabildo, así como a los autores por esta magnífica obra, que se convierte ya por propios méritos, en imprescindible para todo aquel que quiera estudiar y gozar las vidrieras de nuestra Catedral, que traducen en luz y color el mensaje ya de por sí luminoso del Evangelio.
Antonio Rodríguez Babío, delegado diocesano de Patrimonio Cultural