José Diego Román, sacerdote diocesano destinado en la misión de Moyobamba, ha compartido con los fieles de su Archidiócesis de procedencia el día a día de su reto misionero en la selva peruana. Reproducimos a continuación la carta que ha enviado.
En estas fechas, que ya está pasando el tiempo de adviento y que preparamos el camino al Señor, cómo el profeta San Juan Bautista, nos dice que allanemos nuestros senderos, que nuestros corazones, sean cómo aquellos pastores de Belén que reciben la noticia del Ángel que vayan a adorar al niño. Me brota del corazón un dar gracias a Dios, porque estoy comprobando en primera persona, que los sueños y proyectos que tengo en la misión, poco a poco se están haciendo realidad, pues la residencia de chicas de las comunidades rurales para que estudien en la universidad, ya se está llevando a cabo, está en construcción, y en unos meses se hará realidad, pero ya hemos alquilado una casa para que estos meses, unas 10 chicas empiecen ya este proyecto, que se hace realidad gracias a vuestras oraciones de tantas personas y a la ayuda económica también, que todavía hace mucha falta, tanto una cosa como la otra, pero como se hace palpable en la misión Dios Proveerá.
Sin olvidar ni mucho menos, la evangelización que para eso es lo primordial que estoy acá, precisamente este Domingo unos ochenta jóvenes hacen los sacramentos de Iniciación Cristiana en mi parroquia, es decir, los sacramentos para mayores de siete años que harán el Bautismo, la Comunión y la Confirmación. Y estos jóvenes, han participado en varios retiros para encontrarse con Dios y saber lo que hacen, pues corren el peligro al igual que todos nosotros de no vivir los sacramentos, y hay que entrar en sus corazones para que Dios y el Espíritu Santo los ilumine en sus vidas.
Otro de los proyectos, que sigue para adelante y pronto se hará realidad, si Dios quiere el mes que viene, pues al ver la necesidad entre la gente de mi pueblo que comen muy poco pescado, la parroquia tiene un terreno que he hecho unas piscinas para criar pescados, y así no le damos sólo el pez sino también la caña para pescar, en esto recuerdo al Teólogo Casaldáliga que decía: Cuando doy alimento a aquellos que pasan hambre, me llaman santo, y cuando pregunto porque tienen hambre y cómo se puede solucionar aquella situación para que todos tengan los alimentos necesarios y los mismos derechos, me llaman comunista.
Lo dejo para la reflexión de todo aquel que quiera.
También he ido a las comunidades más lejanas, es decir, horas y horas caminando, cuando llegas te das cuenta de que ha merecido la pena todo ese esfuerzo, pues ves la cara de felicidad y de satisfacción de tanto niños, jóvenes y adultos.
Siempre es bueno recibir visitas, y más si es de tu misma ciudad, pues en Octubre recibí la visita de Javier, un amigo de mi ciudad de Sevilla que trabaja en Lima ya cuatro años en una ONG, CESAL, y descubrió en primera persona que es la misión, así que sigo invitando a todos a seguir descubriendo lo que es la misión no sólo por estas cartas sino también en primera persona para todos aquellos que quieran, acá estamos para todo aquél que quiera venir y compartir.
Pues en este tiempo de Navidad, que también me toca vivirlo fuera de mi casa, ya mi familia se ha acostumbrado a que no esté ese día de Navidad, pero estaré también con mi familia de acá de Perú, con esta gente pobre y sencilla, pero muy llena de Dios, que Jesucristo nazca muy dentro de nuestros corazones, para poder darlo a los demás, pero darlo primero tenemos que tenerlo nosotros.
Ya os he dicho que podéis ver fotos en mi Facebook, parroquia de Jepelacio o en José Diego Román.
Pensaba poner una reflexión sobre la navidad, y he encontrado una perfecta del Santo Padre, que me envía mi muy estimada hermana Magarita, Mercedaria de la Caridad, y como yo le digo mi abuela. Os la dejo acá para que reflexionéis sobre la Navidad:
Mensaje del Papa Francisco acerca de la Navidad
«La Navidad suele ser una fiesta ruidosa: nos vendría bien un poco de silencio, para oír la voz del Amor.» Navidad eres tú cuando decides nacer de nuevo cada día y dejar entrar a Dios en tu alma. El pino de Navidad eres tú, cuando resistes vigoroso a los vientos y dificultades de la vida. Los adornos de Navidad eres tú, cuando tus virtudes son colores que adornan tu vida. La campana de Navidad eres tú, cuando llamas, congregas y buscas unir. Eres también luz de Navidad cuando iluminas con tu vida el camino de los demás con la bondad, la paciencia, alegría y generosidad. Los ángeles de Navidad eres tú, cuando cantas al mundo un mensaje de paz, de justicia y de amor. La estrella de Navidad eres tú cuando conduces a alguien al encuentro con el Señor. Eres también los reyes Magos, cuando das lo mejor que tienes sin importar a quien.
La música de Navidad eres tú cuando conquistas la armonía dentro de ti. El regalo de Navidad eres tú, cuando eres de verdad amigo y hermano de todo ser humano. La tarjeta de Navidad eres tú, cuando la bondad está escrita en tus manos. La felicitación de Navidad eres tú, cuando perdonas y restableces la paz, aun cuando sufras. La cena de Navidad eres tú, cuando sacias de pan y de esperanza al pobre que está a tu lado. Tú eres, sí, la noche de Navidad, cuando humilde y consciente, recibes en el silencio de la noche al Salvador del mundo sin ruidos ni grandes celebraciones. Tú eres sonrisa de confianza y de ternura, en la paz interior de una Navidad perenne que establece el Reino dentro de ti. Una muy Feliz Navidad para todos los que se parecen a la Navidad.»
Papa Francisco
Muy Unidos siempre en la Oración a los Sagrados Corazones de Jesús y de María.
José Diego Román Fernández, Sacerdote Diocesano de Sevilla, en la misión de Moyobamba en la Selva peruana.
