Monseñor Santiago Gómez, Obispo auxiliar de Sevilla, protagonizó la última sesión del año del Seminario de Medios de Comunicación ‘Beato Marcelo Spínola’, que tuvo lugar el pasado lunes, 11 de diciembre, en el Instituto Superior de Ciencias Religiosas, en la que explicó las ‘Claves para comunicar las Orientaciones Pastorales Diocesanas 2016-2021’. Comenzó presentando este documento publicado el pasado año y que propone las líneas de trabajo a seguir en la Archidiócesis para el próximo quinquenio. El objetivo último de estas Orientaciones, apuntó, es que “todas las comunidades procuren poner los medios necesarios para avanzar en el camino de una conversión pastoral y misionera”.
La ponencia del obispo se estructuró en los diez puntos para la comunicación de la fe que desarrolla Juan Manuel Mora, vicerrector de Comunicación de la Universidad de Navarra. Así, monseñor Gómez explicó que es necesario enviar un mensaje positivo y proactivo y no caer en el “buenismo”. Para ello, es oportuno transmitir un mensaje “relevante y significativo para quien lo recibe” en lugar de hablar de uno mismo. “La Revelación cristiana puede abrir horizontes nuevos”, aseguró el obispo, por eso la fe debe suscitar nuevas preguntas. El mensaje, por tanto, debe ser claro y asequible, “no dando nada por supuesto”. En esta línea, indicó que “la misión de la Iglesia no es educar en valores, sino dar a conocer el mensaje de Jesucristo”. En cuarto lugar, monseñor Gómez pidió ser “más testigos que maestros” para “ganarse la credibilidad” de la sociedad, sobre todo en estos tiempos “en los que se desacredita fácil e injustamente a la Iglesia”. Para ser testigos, apuntó, es indispensable “la conversión nuestra al Señor, a la comunidad y a los pobres” y apeló a dos virtudes ligadas a este testimonio: la paciencia y la humildad. Igualmente, señaló la empatía como cualidad importante a la hora de dialogar con personas con puntos de vistas y sentimientos diferentes a los nuestros.
Por otro lado, el prelado pidió no caer en descalificaciones y evitar “la trampa de la radicalidad y la violencia verbal” y recomendó comunicar “con competencia y profesionalidad” y de forma transversal, porque “las Orientaciones Pastorales Diocesanas no son nuevas tareas añadidas a los trabajos ordinarios, sino que piden una nueva perspectiva misionera, que configura todo”.
El Obispo terminó su disertación invitando a abrir procesos que siembren a lo largo del tiempo: “debemos pasar de querer hacerlo todo, solos y pronto a saber que trabajamos la parte que nos toca, a medio plazo, y sin pretender ver los frutos de forma inmediata”.