El arzobispo de Sevilla, monseñor José Ángel Saiz Meneses, presidió ayer la misa exequial en sufragio de Teresa Barrio Azcutia, madre de Alberto Jiménez-Becerril, en el Tanatorio S-30.
Durante su homilía el arzobispo aludió a la esperanza cristiana y a “la confianza en el amor que Dios nos tiene. Este es el fundamento de nuestra seguridad, que Dios está con nosotros y nos ama hasta el extremo de entregarnos a su propio Hijo”, aseguró.
También señaló que Teresa “experimentó este amor de Cristo capaz de darle fuerza en la debilidad de perder lo más querido, luz en la oscuridad del dolor más hondo; un amor capaz de serenar el corazón”. El arzobispo realizó una brevísima reseña bibliográfica de la madre de madre de Alberto Jiménez-Becerril, destacando cómo sobrellevó el asesinato de su hijo y cómo educó “con total dedicación, con un amor inmenso, con una enorme fuerza de voluntad” a sus nietos. Al respecto, explicó monseñor Saiz, “supo hacer que el bálsamo suave del amor fuera curando aquellas heridas tan profundas de modo que el odio y la sed de venganza no anidaran en el corazón de aquellos niños”.
En esta línea, insistió el prelado, “amor y perdón son palabras fáciles de pronunciar, pero es muy difícil llevarlas a cumplimiento en la vida, también en la vida de un creyente, sobre todo en circunstancias tan dolorosas. Nuestra hermana Teresa nos ha enseñado con su vida que es posible perdonar, que es posible llenar la existencia de amor y ternura, con la gracia de Dios, con la ayuda de María santísima. En Sevilla nunca olvidaremos su coraje, su fortaleza; su ejemplo permanecerá indeleble en nuestra memoria”.
Durante su disertación, don José Ángel destacó la que la de Teresa fue “una vida entregada hasta el final. Como el grano de trigo, que si cae en tierra y muere da mucho fruto, del mismo modo sucede en nuestra vida, que sólo tiene sentido desde la donación, la entrega, el gastarla y desgastarla hasta morir y dar un fruto abundante”.
Finalmente, el arzobispo concluyó su homilía reflexionando sobre la resurrección de Cristo: “Este es el núcleo de nuestra fe, que nos abre un camino de esperanza. Ciertamente, la muerte es un misterio y a la vez es el final de la etapa que vivimos aquí en la tierra. Pero Cristo ha resucitado, ha vencido a la muerte y nos ha abierto el camino de la resurrección. Esta es la realidad que llena de esperanza el corazón de los creyentes, esta es la fe que la santa madre Iglesia nos transmite”.
Puede leer la homilía íntegra aquí.
Fotografía portada: Fundación Alberto Jiménez-Becerril.
Fotografía post @ArzobispoSaiz: Teresa Barrio, con su hija Teresa Jiménez-Becerril, en una imagen de 2011.
Exequias de doña Teresa Barrio Azcutia.
Nuestra hermana Teresa nos ha enseñado con su vida que es posible perdonar, que es posible llenar la existencia de amor y ternura, con la gracia de Dios, con la ayuda de María santísima. En Sevilla nunca olvidaremos su coraje, su fortaleza;… pic.twitter.com/ZsqiRP36xN— José Ángel Saiz Meneses (@ArzobispoSaiz) November 24, 2024
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