Una abarrotada Capilla de los Marineros ha acogido la tarde del 18 de diciembre la Función Solemne en honor a Nuestra Señora de la Esperanza, de la Hermandad de la Esperanza de Triana. La celebración, presidida por el arzobispo de Sevillla, monseñor José Ángel Saiz Meneses, y concelebrada por el vicario Este, José Tomás Montes; el párroco de Señora Santa Ana y director espiritual de la corporación, Manuel Soria; y el vicario parroquial de la parroquia trianera, Nelson Borges, ha reunido a numerosos hermanos, fieles y devotos en el día de la Esperanza.
«Este día la Eucaristía nos invita a contemplar a María como Madre de la Esperanza que nunca falla, porque Cristo, su Hijo, es el fundamento indestructible de esa esperanza», ha comenzado Monseñor Saiz Meneses su homilía.
El arzobispo ha recordado al papa Benedicto XVI, quien en Spe Salvi expone que la esperanza cristiana es siempre esperanza para los demás, «una esperanza activa para que podamos mantener el mundo abierto a Dios». «María, al cantar el Magníficat, nos enseña que esperar no es resignarse, sino comprometerse- ha señalado monseñor Saiz Meneses- Por eso la devoción a la Esperanza de Triana siempre ha sido fecunda en obras de caridad, en gestos de cercanía, en presencia activa en el barrio».
Asimismo, ha hecho mención a la finalización del Año Jubilar 2025, «un tiempo de gracia, de reconciliación, de renovación espiritual para toda la Iglesia». La Capilla de los Marineros, sede de la corporación trianera, ha sido templo jubilar, «un hogar donde miles de fieles han cruzado la Puerta Santa para experimentar el perdón de Dios y recuperar la esperanza», ha apuntado don José Ángel. «Hoy damos gracias por todos los frutos de este tiempo y pedimos a la Virgen que nos ayude a conservarlos y a hacerlos crecer». También ha recordado la reciente Misión de la Esperanza en los barrios de Polígono Sur de Sevilla, «un testimonio ejemplar de evangelización, de cercanía, de escucha y de servicio». «La Virgen de la Esperanza ha renovado los corazones, ha encendido la fe y ha fortalecido los vínculos de los barrios», comentó. «Hoy damos gracias por ello y pedimos que la semilla siga creciendo».
El arzobispo hispalense ha finalizado su homilía encomendando a la Virgen de la Esperanza «nuestra vida, nuestras familias, el barrio de Triana, nuestra Archidiócesis y todos los que hoy necesitan consuelo y paz». «Que Ella, Estrella del Mar, nos lleve siempre al encuentro con Cristo», concluyó.
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