La Facultad de Teología San Isidoro de Sevilla ha acogido esta mañana la trigésimo cuarta edición de sus tradicionales Jornadas de Teología, un clásico en la formación teológica de la Archidiócesis hispalense.
Esta ha contado con la presencia del arzobispo, monseñor José Ángel Saiz Meneses; el decano presidente de la Facultad, Manuel Palma; y otros miembros del claustro de este centro académico. Asimismo, casi medio centenar de personas han participado en unas jornadas que han desarrollado el magisterio de la Iglesia en torno al primer Concilio de Nicea, celebrado hace ahora 1700 años y en el que se defendió la divinidad de Cristo frente a la herejía arriana, reconociendo que el Verbo es “de la misma naturaleza del Padre”. Asimismo, de este primer Concilio Ecuménico de la historia de la Iglesia Católica surgió el conocido como Credo Niceno-Constantinopolitano, una declaración dogmática de los contenidos de la fe cristiana que refleja la fe recibida y admitida por los cristianos desde los orígenes.
Bendición del nuevo mural del oratorio de la Facultad
La jornada ha comenzado con la bendición por parte del arzobispo de Sevilla del nuevo mural del oratorio de la Facultad. La obra de Juan Palomo Reina, titulada ‘La virtud de la Esperanza llevando de la mano a la Fe y a la Caridad’, “plasma con formas y colores el misterio de Tu amor”, ha dicho monseñor Saiz. También ha pedido a Dios que bendiga a los que pasen u oren delante de este mural, “para que sus corazones sean tocados por la esperanza, la pequeña virtud que guía los pasos del peregrino, como niña que toma de la mano a la fe y a la caridad y conduce a todos hacia TI”.
Además, ha insistido en que este oratorio sea “una casa de oración y de encuentro, un espacio donde la esperanza renazca y donde le alma se encienda en el conocimiento de la verdad y de Tu amor”.
Un mensaje sobre la esperanza
A continuación, los participantes en la Jornada de Teología han ocupado la Sala Juan Guillén y el arzobispo de Sevilla ha ofrecido unas palabras a modo de presentación de esta trigésimo cuarta edición.
Al inicio de su discurso, ha reflexionado sobre la virtud de la esperanza, a raíz de la bendición del mural y coincidiendo con el Año Jubilar convocado por el papa Francisco, precisamente bajo el signo de esta virtud. Al respecto, don José Ángel ha señalado que “la esperanza es, de hecho, esa niña que, con sus pies descalzos, avanza confiada por los caminos pedregosos de la vida, sin temer al cansancio ni a las dificultades, porque su mirada está fija ene l horizonte de la promesa divina”. Mas adelante, ha asegurado que “la esperanza es la que nos impulsa a creer que, a pesar de nuestras limitaciones y pecados, Dios sigue amándonos y tiene un plan para cada uno de nosotros. Pero la esperanza no es ingenua -ha advertido. No es una simple ilusión o un deseo vano”, sino que la esperanza cristiana “está arraigada en la certeza de que Cristo ha resucitado y que, con su muerte y resurrección, has abierto las puertas del cielo”.
En la segunda parte de su intervención, monseñor Saiz Meneses ha abordado el tema de las presentes jornadas, el Concilio de Nicea. Así, ha recordado que este evento histórico “definió la verdad central de nuestra fe: que Jesucristo es el verdadero Hijo único de Dios, engendrado y no creado, de la misma naturaleza del Padre, Dios verdadero de Dios verdadero”. En esta línea, ha defendido que “si Cristo no fuese verdaderamente Dios, su sacrificio en la cruz no tendría poder redentor”, por eso Nicea “confirmó que nuestra esperanza está puesta en el Verbo eterno de Dios, el único que podía reconciliarnos con el Padre”. “Solo porque Cristo es Dios, su muerte y resurrección nos han salvado; su entrega en la cruz tiene valor infinito y puede redimir a toda la humanidad”.
El arzobispo de Sevilla ha concluido la presentación de estar jornadas exhortando a los presentes a ser “testigos de esperanza” y a recordar que “Dios está al frente y que su amor nos sostiene, que su promesa se cumplirá”.
Magisterio en el Concilio de Nicea I
La jornada ha continuado con una serie de ponencias breves, de poco más de media hora de duración cada una, en la que los distintos expertos han ido desgranando desde diversas aristas y perspectivas el Magisterio emanado del primer Concilio de Nicea.
Ha abierto el turno de palabra el profesor de la Facultad de Filosofía de la Universidad de Sevilla, Jesús F. de Garay, que ha entrelazado las corrientes filosóficas de la época con el dogma de Nicea. A continuación, Vicente Tur, de la Facultad teológica San Vicente Ferrer de Valencia, ha reflexionado concretamente sobre este dogma Dogma y ha desarrollado el magisterio conciliar fruto del concilio.
La tercera conferencia ha corrido a cargo de Daniel Escobar, de la Universidad Eclesiástica San Dámaso, de Madrid. En esta ocasión, Escobar ha profundizado en la liturgia de Nicea. Le ha seguido el profesor del Instituto Superior de Ciencias Religiosas de Almería, Victoriano Montoya, que ha ofrecido una charla sobre la cristología y la soteriología cristiana, es decir, la doctrina sobre la salvación, que ha derivado de las conclusiones admitidas en Nicea hace ahora 1700 años.
Las XXXIV Jornadas de Teología han concluido con una mesa redonda sobre ‘El valor ecuménico del Concilio de Nicea’ moderada por el profesor de la Facultad de Teología de Sevilla, Miguel Ángel Núñez, a la que ha seguido un animado debate entre los asistentes.
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