Monseñor José Ángel Saiz, arzobispo de Sevilla, celebró la mañana de este domingo 1 de agosto, la función solemne en honor de Nuestra Señora de los Ángeles Coronada, en cuya ceremonia tomó posesión como hermano mayor de la Hermandad de los Negritos, siguiendo una tradición iniciada en 1706, en la que todos los obispos de la ciudad ocupan el máximo cargo de la corporación.
Durante su homilía, monseñor Saiz Meneses refirió que “es un día de fiesta muy importante, muy grande, un momento de gracia y salvación del Señor, en el que debemos estar abiertos al don que Él nos quiere conceder para llevar a cabo nuestra misión de cristianos en la Iglesia, en el mundo y también en la hermandad”.
Por tanto, “pidámosle al Señor que nos permita vivir como discípulos, como apóstoles en esta sociedad del siglo XXI de la que formamos parte, y todo esto se lo pedimos por intercesión de María, Nuestra Señora de los Ángeles, en un día tan señalado”.
“El Señor jamás se desdice de sus promesas. Pidámosle vivir con intensidad y profundidad la vocación de cristianos y de cofrades y que nos conceda alimentarnos de ese alimento verdadero que es Él mismo, donde encontraremos la fuerza para llevar a cabo la peregrinación de nuestra vida, pues la fuerza está en la vida que el Señor nos comunica, fundamentalmente en los sacramentos, en la lectura de la Palabra de Dios, en la oración y en la Eucaristía, donde Él se ha quedado en nuestra vida de peregrinos”.
María, la gran creyente
Mons. Saiz dijo que, para alcanzar todas estas buenas obras, es necesario acudir a María, quien “nos ayuda con su ejemplo, porque es la mujer creyente, la gran creyente, que confió en Dios en todo momento, la que no puso condiciones. Nuestra Señora de los Ángeles, que se fía en la Palabra de Dios responde generosamente al plan que el ángel le propone y se entrega ya para siempre y al pie de la cruz, nos será entregada por Jesús, como el último y más precioso regalo, nos la da como madre, madre de todos los creyentes”.
Finalmente, pidió la intercesión de la Virgen, “para que ella nos ayude a vivir la vocación de la hermandad de Los Negritos, con un espíritu de acogida y de solidaridad, de fraternidad”.
Así, “que nuestra hermandad sea un ejemplo aquí en Sevilla y sea elemento de dinamización en la fe, en la esperanza y en el amor, en la diócesis y también en la ciudad, en nuestras calles y nuestros barrios”.
Imposición de medalla
Antes del inicio de la función, Felipe Guerra, alcalde de los Negritos, impuso la medalla de hermano mayor al arzobispo Saiz Meneses, además de entregarle una pintura, obra de César Ramírez.