Monseñor José Ángel Saiz, arzobispo de Sevilla, visitó la mañana de este lunes, la Casa Sacerdotal Santa Clara, siguiendo el itinerario de “lugares privilegiados” que ha querido conocer la primera semana de su ministerio episcopado en la Archidiócesis hispalense.
Su encuentro con los sacerdotes de la Casa inició en la capilla, con la celebración de la Eucaristía, a la que asistieron el delegado diocesano del clero, Rafael Muñoz, el director de la institución, Gumersindo Melo y sacerdotes jubilados del clero diocesano.
Durante su homilía, mons. Saiz manifestó su especial interés en visitar la Casa Sacerdotal, “porque la tarea principal del obispo es cuidar a los sacerdotes, quererlos y ayudarlos”.
Refirió que en el presbiterio de Sevilla “tan grande y tan rico”, los residentes de la Casa, “son los hermanos mayores que colaboráis en todo lo que podéis”. Para quienes están más delicados de salud o con impedimentos físicos para salir, les recordó que “cumplen una tarea importante, muy importante, que es rezar, la fuerza principal de la Iglesia es la oración”.
Por tanto, “el tramo final de vuestra vida puede estar empapado de oración, empapado de esa fuerza tan importante”.
El arzobispo de Sevilla no solo se encomendó a la protección y auxilio de la Virgen María, bajo la advocación de Ntra. Sra de los Reyes, sino a la oración de sus hermanos sacerdotes. “Os pido que sintáis miembros muy activos del presbiterio, miembros muy activos de la diócesis, miembros muy activos de toda la pastoral. Lo principal es la oración y el testimonio de los sacerdotes, el testimonio de una vida consagrada. Os pido mucho que recéis por mí”.
Haciendo referencia al Evangelio proclamado en la Misa, dijo que el perdón “es algo que cuesta mucho al ser humano. Jesús nos dice que hay que perdonar siempre y en todo lugar y superar el ojo por ojo y diente por diente, que es una ley proporcional, pero no es misericordiosa, ni es cristiana”. Así, “la única forma de superar ese esquema que es tan malo, es que el Señor nos cambie el corazón, y si estamos abiertos de mente y de corazón, el Señor lo cambia y nos da esa gracia”.
Finalmente, dio gracias por el don del sacerdocio, “porque Dios nos ha llamado a la existencia, nos ha llamado a la vida cristiana para participar de los misterios de la Salvación y de su misión y eso es un regalo grande que hemos de agradecer cada día y estrenar cada día
Sobre la Casa Sacerdotal
La Casa Sacerdotal Santa Clara fue inaugurada en enero de 2004 y desde entonces ha sido un hogar para aquellos hombres que han entregado su vida al ministerio sacerdotal y ahora requieren un lugar de descanso, oración y acompañamiento para vivir su ancianidad dignamente.
Al respecto, Gumersindo Melo, mencionó que actualmente albergan a 33 residentes, entre sacerdotes y algunos familiares de éstos, que también han dedicado su vida al servicio de la Iglesia.