El obispo de Bilbao, mons. Mario Iceta, ha protagonizado la VI jornada diocesana para monitores de cursillos de preparación al matrimonio y a la vida familiar, que se ha celebrado el pasado fin de semana en el Seminario Metropolitano de Sevilla.
El prelado vasco, que preside la Subcomisión para la familia y la defensa de la vida, ha impartido la ponencia titulada ‘Una pastoral familiar renovada’, tras la intervención inicial del arzobispo de Sevilla.
Para la preparación de los monitores, la Delegación Diocesana de Familia y Vida ha establecido un libro de referencia: ‘La preparación al matrimonio y la vida familiar’, que consta de dos volúmenes, uno para catequistas con materiales dirigidos a los agentes de pastoral, y otro denominado ‘Libro de los novios´. Son libros editados por las diócesis de Málaga y Córdoba que cuentan con las presentaciones de mons. Antonio Dorado y mons. Juan José Asenjo, respectivamente.
En este encuentro se ha puesto de manifiesto la conveniencia de que los novios se preparen para el matrimonio en su parroquia o en la parroquia donde van a vivir. En cada parroquia debe haber un grupo de acogida, «que oriente a la pareja a la modalidad más conveniente, según las posibilidades reales». Además, la duración de los cursillos «no debe ser tan breves que se reduzcan a una mera formalidad».
En cuanto a las modalidades de cursillos preparatorios, hay tres modalidades posibles: semanal, con seis o siete sesiones vespertinas o nocturnas; intensivo, de uno o dos fines de semana; o el itinerario de un año, con reuniones periódicas y trabajo de casa.
Otra de las cuestiones abordadas en la jornada fue la necesidad de crear un equipo de pastoral familiar parroquial, que deberá estar compuesto al menos por un sacerdote encargado de la pastoral familiar en la parroquia –o el párroco-, un matrimonio coordinador del equipo y agentes de pastoral para cada una de las actividades. El equipo deberá «centrar, animar y coordinar la actividad de pastoral familiar en la parroquia, y diseñar los primeros pasos en esta pastoral». Además, se destacó la conveniencia de elaborar un proyecto de pastoral familiar parroquial, llevar a cabo una acción evangelizadora «en y con la familia en el ámbito parroquial», y de «acoger y acompañar a personas que viven realidades diferentes».