“Implicaos fuertemente en el apostolado. Nada necesita nuestro mundo con más urgencia que a Jesucristo”. Con este mensaje dio por concluida monseñor Asenjo Pelegrina la vigilia diocesana de Pentecostés, que se ha desarrollado durante la tarde del sábado en un templo catedralicio que ha registrado un aforo completo, teniendo en cuenta las limitaciones de ocupación que se derivan de la pandemia.
La necesidad de salir a la calle y dar a conocer en público el mensaje liberador de Jesucristo ha sido el eje de la homilía que ha pronunciado el Administrador apostólico de Sevilla. Mons. Asenjo ha comenzado invocando al Espíritu: “Él es el alma de la Iglesia, ha sostenido a la Iglesia a pesar de los embates del maligno”, ha afirmado. Más adelante ha reiterado que “tenemos necesidad de un trato familiar, íntimo con el Espíritu Santo. Debemos pedirle que nos impulse en el apostolado”.
En otro momento de la homilía ha analizado el contexto social actual, poco permeable al mensaje de la Iglesia: “Son millones los hombres y mujeres que viven como si Dios no existiera”. Y recordando las palabras del papa Benedicto XVI en París, cuando preguntó a los franceses “qué habían hecho de su bautismo”, monseñor Asenjo se ha dirigido a la asamblea para decir que “podemos preguntarnos qué hemos hecho nosotros de nuestro bautismo”. En esta línea, ha subrayado que “no nos debe dar miedo ni vergüenza hablar de Jesús en público, si estamos convencidos de que el Señor es lo mejor que nos ha podido suceder, hemos de arder en deseos de llevarlo a los demás”.
Aunque ha lamentado que “faltan testigos y evangelizadores”, el Administrador apostólico de Sevilla, que se despedirá de la Archidiócesis el próximo sábado en una ceremonia que se celebrará también en la Catedral, ha subrayado que “tenemos que anunciar a Jesucristo vivo, fuente de esperanza para la humanidad”.
Regalo del laicado a mons. Asenjo
Antes de concluir el acto, se ha hecho entrega a mons. Asenjo, en nombre del laicado de la Iglesia en Sevilla, de un azulejo de la ceramista sevillana Isabel Parente, con una reproducción de la Virgen con el Niño de Niculoso Pisano (siglo XVI), cuyo original se encuentra en el Museo de Bellas Artes de Sevilla. Un regalo que mons. Asenjo ha agradecido, al tiempo que anunciaba que desde esta noche estará en su nueva vivienda sevillana. En representación del Apostolado Seglar de Sevilla, Natalia Cordón le ha asegurado que “el laicado de la diócesis le agradece su vida y ministerio”.
Galería fotográfica del acto.