Después de haber pasado cinco días en Breslavia acogidos por familias polacas, los peregrinos sevillanos llevan desde el lunes en Bochnia. José Francisco Durán, delegado diocesano de Pastoral Juvenil ha agradecido la acogida del pueblo polaco: “lo han dado todo, no sólo en lo material, sino espiritual y humanamente. Era emocionante ver a nuestros jóvenes despidiéndose con tanto cariño de los que ya llamaban su “mamá o papá” polacos”. Igualmente, señala que “fueron días de gracia y de fiesta. Donde cada oración, cada Eucaristía, cada encuentro con chicos y chicas de otros países, era motivo de celebración y alegría”. Para el delegado de Pastoral Juvenil esta acogida y la respuesta de los jóvenes “es la muestra de la fe que nos une”.
Pero las Jornadas Mundiales de la Juventud (JMJ) de Cracovia están llegando a su fin. Apenas a dos días de finalizar, los peregrinos sevillanos siguen viviendo momentos de encuentro con el Señor y acogida por parte del pueblo polaco.
Ayer peregrinaron junto a otros jóvenes españoles al Santuario de la Divina Misericordia desde el nuevo centro San Juan Pablo II, siguiendo el itinerario marcado por la organización de las JMJ. Por la tarde se desarrolló la ceremonia de Bienvenida de los jóvenes al Papa, “que fue masiva en medio de una lluvia leve pero continúa”, señala Adrián Ríos, delegado diocesano para los Medios de Comunicación, que se encuentra actualmente participando en el encuentro.
Además, los jóvenes sevillanos tuvieron el miércoles la oportunidad de recibir al papa Francisco en las calles de Cracovia. “Al encontrarse con el pontífice, aunque apenas fueron unos segundos -recuerda Durán-, muchos se emocionaron, otros se quedaron sin palabras, incluso algunos abrazaban a quienes tenían al lado aunque no los conocieran o no hablasen su mismo idioma. Es la fiesta de la fe”.
El día de hoy ha comenzado con una catequesis impartida por el Cardenal Arzobispo de Valencia, mons. Antonio Cañizares, que fue presentado por Isacio Siguero, secretario general canciller de Sevilla, que acompaña en estas JMJ a un numeroso grupo de su parroquia de San Sebastián.
En la catequesis, celebrada en la Parroquia de San Pablo, y presidida por el icono de la Virgen joven, mons. Cañizares ha disertado sobre la misericordia de Dios haciendo un recorrido por citas de los últimos papas, deteniéndose especialmente en San Juan Pablo II. Igualmente, el Cardenal Arzobispo ha asegurado que “en medio de este mundo sigue habiendo sed de Dios y de Misericordia” –una de las palabras más recordadas en esta JMJ-, por lo que ha animado a los jóvenes presentes a vivir las Bienaventuranzas en la vida “con signos concretos”, contando lo que viven en la Iglesia. Por otra parte, ha insistido en que “el mundo necesita laicos de verdad, auténticos, que su testimonio hable por sí mismo de Jesús” y ha destacado la necesidad de potenciar la Iniciación Cristiana.
Mons. Cañizares ha terminado recomendado a los jóvenes el libro del Cardenal Sarah, Dios o nada, ante la pregunta de Jesús Martínez, un joven de la hermandad de la Esperanza de Triana.
Posteriormente ha presidido una Misa con el mismo mensaje del Papa, invitando a los jóvenes a “ser evangelizadores y hacerlo con alegría”.