Este comienzo de curso será el del estreno de aquellos sacerdotes que recibieron sus nombramientos el pasado mes de junio. También el de los religiosos y laicos que comienzan o retoman una responsabilidad pastoral. Es el caso de la religiosa teatina, Cristina Fernández, que regresa a la misión en el continente africano.
Hoy lunes, a las siete y media de la tarde, tendrá lugar en la capilla del convento de la Encarnación (Agustinas) la Misa de envío de esta religiosa a Burkina Faso, donde compartirá comunidad con cinco hermanas profesas y cinco novicias. La Eucaristía será presidida por el delegado de Misiones, Eduardo Martín Clemens. Cristina cumplió sus bodas de oro en 2019 y tras sus cincuenta años como religiosa teatina aseguró a la Delegación Diocesana de Medios que su misión en Benín, donde estuvo casi tres décadas, “han sido los años más satisfactorios y fructíferos” debido a la vivencia humana y espiritual que le ha permitido confiar más en la providencia de Dios.
La hermana Cristina expresa una eterna gratitud a Dios por haberle permitido vivir en primera persona la conversión de hermanos musulmanes al cristianismo. Además, durante sus años de misionera “acogimos a niñas que se escapaban de casa por diversos motivos, contribuimos con las madres en la educación de sus hijos, que son la riqueza de toda mujer, indudablemente, le hicimos tomar conciencia del valor de la persona humana en todas sus facetas y dimensiones. Nos lanzamos con todo, sin miedo”, manifiesta.
Al respecto ha reflexionado sobre la trascendencia de las misiones en la vida de la Iglesia. “Yo he estado trabajando en el hospital que llevan los hermanos de San Juan de Dios en Benín, concretamente en el área de pediatría, neonatología y maternidad, de hecho, la congregación tiene presencia allí desde hace cincuenta años, desde que se fundó el centro hospitalario”.
