Miguel Ángel Bernal Rodríguez (Sevilla, 1973) suma a su responsabilidad como párroco de Nuestra Señora del Buen Aire la dirección del Secretariado Diocesano de Peregrinaciones. Tierra Santa, Roma, Fátima… Todos los años se organizan peregrinaciones a lugares emblemáticos, aunque no faltan ocasiones para viajes extraordinarios con motivo de acontecimientos eclesiales. La reciente participación en la última audiencia pública de Benedicto XVI fue uno de ellos.
Secretaría Diocesana de Peregrinaciones, ¿algo más que una agencia de viajes?
El cometido fundamental, como cualquier otra pastoral, es provocar un encuentro con Dios. Desde esta delegación diocesana no se organizan viajes, se vive una experiencia de fe a través de un camino que le lleva a un lugar donde se puede tener un encuentro espiritual con Dios. Además, las peregrinaciones se prestan a vivir algo nuevo, distinto; salir de tu pueblo, de tu ciudad, de tu barrio.
¿Qué peregrinaciones se organizan a lo largo del año?
Fundamentalmente se realiza una todos los años, a Tierra Santa, con lo que significa peregrinar allí. Además, cuando un hay algún motivo eclesial también peregrinamos a Roma, como ha sido con la despedida del Papa, o el año pasado con motivo de la proclamación de doctor de San Juan de Ávila.
¿Puede haber otras peregrinaciones por iniciativas parroquiales, o de grupos?
Sí, estamos a disposición de parroquias, hermandades o asociaciones, que nos piden ayuda para realizar cualquier peregrinación religiosa a Lourdes, Fátima, etc… Desde esta Secretaría los apoyamos, animamos e, incluso en la medida de lo posible, los acompañamos para que sea una experiencia de fe y no se quede en viaje.
¿Qué espera encontrar el peregrino cuando inicia su camino?
Va a depender muchísimo de la motivación primera. Normalmente, el peregrino quiere encontrar un calor en el grupo, hacer Iglesia estando juntos, fortalecer su fe. Sabe que va a estar atendido durante la peregrinación, donde sabe que se cuida la oración de la mañana, el rezo del rosario o la Eucaristía en los lugares establecidos. Ese clima de oración es una constante a lo largo de la peregrinación. También queda tiempo para alimentarnos culturalmente del lugar que visitamos, la gastronomía… Todo eso no está reñido con la peregrinación.
Dicen los peregrinos que existe un antes y un después de la peregrinación
Si, te das cuenta como el Espíritu Santo se sirve para encontrarse con los peregrinos y que tengan una vivencia de fe fuerte. Es un tiempo fuerte pastoral, intenso, que provoca un crecimiento en la fe y un mayor conocimiento de Jesucristo. Es una vivencia eclesial muy importante. Roma, Tierra Santa, tierras marianas…. Cuando regresan sienten que algo en su vida ha cambiado.
¿Cuál es el perfil de los peregrinos sevillanos?
Te encuentras a todo tipo de personas: familias con niños, personas mayores que tienen tiempo y disponibilidad para hacerlo. También personas solitarias que necesitan un encuentro especial y se sienten acompañados de su Iglesia que peregrina con ellas; personas con una fe cultivada y trabajada, personas más alejadas de la fe… Todo el mundo saca algo positivo de esta experiencia de fe.
¿Por ejemplo?
Recientemente, un chico que no estaba muy cerca de la Iglesia, hacía tiempo que no trataba a un sacerdote ni practicaba nos acompañó a una peregrinación. A la vuelta dio un testimonio muy bonito. Él pensaba que la Iglesia estaba muerta, que no tenía vida y se dio cuenta de que no era así.
Recientemente han viajado a Roma para la última audiencia de Benedicto XVI ¿Cómo ha sido esa experiencia en un momento tan relevante?
Fuimos con nuestro arzobispo un grupo de 55 personas. Fue todo muy rápido. Nos pusimos en marcha por petición del arzobispo, y en dos días formamos un grupo de todas las edades, familias, jóvenes, abuelos… Allí nos hemos podido sentir Iglesia Universal. Destacaría como experiencia aquella última audiencia del Papa en la Plaza de San Pedro. Era impresionante ver la variedad de peregrinos que venían de todos los lugares del mundo para dar las gracias y despedir al Santo Padre. Hemos tenido nuestra celebración eucarística en la cripta del Vaticano, en la Iglesia de Montserrat… La gente venía emocionada, ha sido inolvidable.
Y ahora con la vista puesta en Tierra Santa
Así es. La próxima peregrinación será a Tierra Santa. Estará presidida por nuestro arzobispo y tendrá lugar del seis al trece de julio. Las personas que deseen participar se pueden inscribir a través de la Secretaría Diocesana de Peregrinaciones o a través de su parroquia. Tendremos la oportunidad de visitar todos los Santos Lugares y experimentar un encuentro con el Señor.