Las Plataformas Sociales Salesianas han puesto en marcha el Programa de Acogida Integral, con el que se espera atender a cerca de 40 jóvenes refugiados en cinco pisos. Cuatro de estos jóvenes, concretamente procedentes de Guinea Conakry, Guinea Bissau y Siria, ya están viviendo en la Archidiócesis de Sevilla, bajo la tutela de la Fundación Don Bosco.
La casa estaba destinada hasta hace dos años a la Protección de Menores, por lo que “volver a abrir este piso para llenarlo de nuevo de vidas, acompañamiento y sueños por cumplir ha sido toda una ilusión”, comenta una de las educadoras. Estos chicos llegaron el 5 y el 6 de febrero, procedentes de distintas asociaciones que trabajaron en un 20180216-Salesianos-pisos-refugiados-5primer momento con estos jóvenes en diferentes puntos de Andalucía. “Aunque sólo dos de ellos se conocían porque venían del mismo centro, la unión y la colaboración entre todos han sido espectaculares”, explica. A pesar de que todavía no hablan bien nuestro idioma, las ganas de trasmitir ideas, emociones y sentimientos hicieron que “el ambiente al principio fuese más distendido, alegre y fácil”. A partir de ahora, el reto es lograr que en entre 6 y 12 meses “puedan no necesitarnos”, afirman con esperanza desde la Fundación.
Al respecto, Juan Carlos Pérez Godoy, Provincial salesiano de Madrid, donde también se ha acogido ya a diez jóvenes, aseguró que “en nuestro entorno, estos pisos de acogida quieren ser una respuesta desde la Iglesia, pequeña pero ilusionada, a la llamada del papa Francisco para abrir nuestro corazón y nuestras intenciones a los refugiados. Como él decía, ‘acoger, integrar, acompañar’, en nuestro caso, especialmente a los jóvenes”.
Proceso
En una primera etapa, las Plataformas Sociales Salesianas atenderán las necesidades básicas de los jóvenes acogidos, como alojamiento, manutención, asistencia sanitaria… También podrán participar en actividades culturales, de ocio y deportivas. El objetivo es crear un ambiente de familia y una rutina, animando también el esfuerzo y el trabajo por parte de ellos. La atención incluye programas de inserción socio-laboral que les permitirán formarse profesionalmente, realizar prácticas en empresas y encontrar oportunidades laborales. De hecho, los siguientes pasos son la integración y la autonomía, etapas en las que los jóvenes ya no viven en el piso, sino que reciben el acompañamiento educativo desde las plataformas y otros proyectos paralelos, así como apoyo económico para continuar con su integración social. El proyecto, por tanto, contempla un trabajo integral, con equipos de más de siete personas, que abarcan todos los aspectos del joven.