Para hablar de los Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María, o Misionero Claretianos como somos popularmente conocidos, en nuestra diócesis de Sevilla tenemos que viajar en el tiempo a mediados del siglo XIX cuando encontramos la primera huella claretiana en la persona de nuestro fundador.
San Antonio Mª Claret pasó por Sevilla en cuatro ocasiones, dos de paso, y otras dos en las que desplegó un celo misionero que maravilló a propios y extraños. De aquellas visitas destaca la increíble semana del 18 al 25 de septiembre del 1862. Vino como arzobispo confesor de la reina Isabel II acompañando a toda la corte real en un viaje por Andalucía. En seis días predicó la escalofriante cifra de 43 sermones al clero, al pueblo, a religiosas e instituciones de la caridad, que unido a recepciones de la corte y visitas con la reina a ciertas instituciones ocupó buena parte de su tiempo. Como dato anecdótico el día 23 de septiembre predicó 12 sermones, que, como era normal en aquella época, superaban la hora de duración. Él tenía la costumbre cuando iba a predicar a un convento de monjas de clausura enviar antes a un sacerdote para que estuviesen ya reunidas ante el altar, de manera que nada más llegar y saludar les daba la plática y no perder tiempo en esperas; durante la predicación el sacerdote iba a preparar a las monjas de otro convento o también al clero o laicos en una iglesia. Por esta razón, no es de extrañar su lema de escudo episcopal “Caritas Christi urget nos”.
Durante estos días podemos destacar los 20 conventos de monjas visitados, muchos de ellos ya desaparecidos. Celebró varios pontificales en la capilla del Palacio de San Telmo para la corte real, donde le tuvo que cautivar la belleza de la Virgen del Buen Aire. Lo vemos también visitando y jurando como hermano del Silencio, por ser la primera cofradía hispalense que en 1617 hizo voto de sangre en defensa de la Inmaculada Concepción. No menos memorable fue su visita al Hospital de la Santa Caridad que conservaba tan vivo el espíritu de D. Miguel Mañara; la hermandad le pidió que se hiciera hermano para tener en él un padre y maestro a quien consultar. Notables fueron también las conferencias al clero de Sevilla en la iglesia de San Pedro, la predicación al pueblo sevillano en la iglesia de la Magdalena, entonces conocida como iglesia de San Pablo, donde la predicación versó sobre la obligación que tenemos de amar a Dios sobre todas las cosas
Unos meses más tarde, el 4 de octubre del 1862, tras unos días en Cádiz, volvió a visitar nuestra ciudad donde predicó, entre otros lugares, en la capilla de Maese Rodrigo, hoy conocida como San Gregorio, en la Puerta Jerez a los seminaristas diocesanos. En aquella capilla ejercieron su apostolado más tarde los Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María entre los años 1911 y 1947, y en ella establecieron los Misioneros la Archicofradía del Corazón de María en el año 1934.
En el año 1940 se establece una comunidad de misioneros en uno de los chalets del barrio de Heliópolis. En 1943 comienza la edificación de la iglesia, como capilla del Colegio Claret, y en el año 1948 se abre totalmente al culto, prestando un servicio religioso tanto a los alumnos del colegio como a los vecinos del barrio.
Será el 23 de octubre de 1965 cuando se constituya como parroquia.
Y desde entonces estas dos instituciones, colegio y parroquia, son las que más han identificado la labor misionera que los Hijos del Corazón de María han desempeñado en nuestra ciudad de Sevilla siguiendo las huellas de San Antonio Mª Claret
Juan Antonio Lamarca Carrasco cmf.