El 25 de marzo de 1995 el papa san Juan Pablo II promulgó la encíclica Evangelium Vitae (El Evangelio de la Vida). A treinta años de su publicación, “el mensaje no solo mantiene su vigencia, sino que se ha vuelto aún más urgente en un mundo que parece haber olvidado el valor sagrado de la existencia humana”.
El arzobispo de Sevilla, monseñor José Ángel Saiz Meneses, ha escrito el prólogo de la cuarta edición de la encíclica Evangelium Vitae publicada por la Asociación Pro-Vida de Mairena del Alcor, “conscientes de que sigue siendo un faro de luz en medio de las sombras que amenazan la dignidad de la vida humana en nuestro tiempo”.
Estructurada en tres pilares fundamentales: la dignidad de la vida humana, la responsabilidad de la sociedad y la Iglesia en su defensa, y la promoción de una cultura de la vida, “Evangelium Vitae sigue siendo un texto de profunda actualidad. Sus enseñanzas nos ayudan a enfrentarnos a los nuevos desafíos que surgen en el campo de la bioética, la ecología y la justicia social. Además, su mensaje es especialmente relevante en un mundo marcado por la indiferencia y el relativismo moral”, refiere monseñor Saiz.
En el texto íntegro– disponible en este enlace– el autor del prólogo reflexiona sobre la relevancia de Evangelium Vitae en el contexto actual y destaca algunos de sus aspectos más significativos.
La vida humana, un don sagrado
Cuando san Juan Pablo II publicó Evangelium Vitae, “el mundo afrontaba una creciente crisis moral marcada por el avance de la tecnología, especialmente en el campo de la medicina y la biotecnología se planteaban preguntas éticas sin precedentes”. En este sentido, “el aborto, la eutanasia, la manipulación genética y la mentalidad anticonceptiva habían ganado terreno en muchas sociedades, incluso en aquellas de tradición cristiana”, por ese motivo, frente a esta realidad, “el Papa alzó su voz para recordar que la vida humana es un don sagrado, inviolable y digno de protección desde su concepción hasta su muerte natural”, subraya.
Hoy, tres décadas después, “estos desafíos no solo persisten, sino que se han intensificado”. Un ejemplo de ello es “la cultura del descarte, denunciada por el papa Francisco que ha llevado a una desvalorización de la vida humana en todas sus etapas. Estos nuevos dilemas éticos requieren una reflexión profunda a la luz del Evangelio”, advierte.
El primer y más importante mensaje de Evangelium Vitae “es que la vida humana es sagrada porque proviene de Dios. Como afirma el papa Juan Pablo II: ‘La vida humana es sagrada porque desde su inicio comporta la acción creadora de Dios y permanece siempre en una especial relación con el Creador, su único fin’. Esta verdad fundamental es el cimiento sobre el cual se construye toda la Doctrina Social de la Iglesia en relación con la vida”. Al mismo tiempo, subraya que la defensa de la vida “no es solo una cuestión de prohibiciones, sino también de amor y acogida. La Iglesia está llamada a ser una ‘casa de la vida’, donde cada persona, especialmente la más vulnerable, sea recibida con amor y respeto”.
Así, “la encíclica denuncia con claridad los atentados contra la vida, calificándolos como ‘crímenes que ninguna ley humana puede pretender legitimar’”.
El segundo pilar de Evangelium Vitae es la responsabilidad de todos en la defensa de la vida. “San Juan Pablo II recuerda que ‘la defensa y la promoción de la vida no son monopolio de nadie, sino deber y responsabilidad de todos’. La encíclica también destaca el papel fundamental de la familia como ‘santuario de la vida’. En un mundo donde la familia está siendo atacada desde múltiples frentes, es urgente reafirmar su misión como lugar donde la vida es acogida, protegida y promovida”. Finalmente, Evangelium Vitae “nos invita a construir una ‘cultura de la vida’ que sustituya a la ‘cultura de la muerte’. Esta cultura de la vida se basa en el respeto a la dignidad humana, la solidaridad con los más débiles y la promoción del bien común”.
Como señala el papa san Juan Pablo II, “la cultura de la vida es una cultura de la libertad auténtica, que se realiza en el don sincero de sí”, destaca don José Ángel.
Pro-Vida de Mairena del Alcor
En este sentido, la labor de asociaciones como Pro-Vida de Mairena del Alcor es más necesaria que nunca. “Su compromiso con la difusión de Evangelium Vitae y su defensa de la vida en todas sus etapas son un testimonio elocuente del amor de Cristo por los más pequeños y vulnerables. Quiero expresar mi gratitud a todos los miembros de esta asociación por su dedicación y entrega en la promoción de la cultura de la vida”.
El arzobispo hispalense exhorta a toda la Iglesia de Sevilla a redescubrir la encíclica Evangelium Vitae. “No la leáis como un texto más, sino como una carta de amor de Dios a la humanidad, en la que nos recuerda el valor infinito de cada vida humana. Que este aniversario sea una oportunidad para renovar nuestro compromiso con la defensa de la vida y para trabajar juntos en la construcción de una sociedad más justa y solidaria”.
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