La Iglesia celebra el próximo 12 de junio, la solemnidad de la Santísima Trinidad, la Jornada Pro Orantibu, con el lema ‘La vida contemplativa: Lámparas en el camino sinodal’.
Al respecto, los obispos de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada, organizadora de esta jornada, destacan los pilares básicos de la vida contemplativa: Escucha, conversión y comunión. Por tanto, aquellas que lo han dejado todo para contemplar al Señor se convierten en testigos de la Luz y pueden ofrecer al Pueblo de Dios su “misteriosa fecundidad” en clave de crecimiento sinodal.
Además, miran con agradecimiento y con esperanza a los hermanos y hermanas contemplativos, pidiendo que el Señor los guarde y los haga brillar entre su Iglesia. Y, destacan, que ellos, con su testimonio, “empujan a toda la Iglesia a ensanchar el espacio de su tienda y a salir en peregrinación”.
Realidades que, como recordaba san Juan Pablo II en Vita consecrata, configuran el rostro luminoso de los hombres y mujeres de vocación contemplativa: “Los Institutos orientados completamente a la contemplación, formados por mujeres o por hombres, son para la Iglesia un motivo de gloria y una fuente de gracias celestiales. Con su vida y su misión, sus miembros imitan a Cristo orando en el monte, testimonian el señorío de Dios sobre la historia y anticipan la gloria futura.
Así, “en la soledad y el silencio, mediante la escucha de la Palabra de Dios, el ejercicio del culto divino, la ascesis personal, la oración, la mortificación y la comunión en el amor fraterno, orientan toda su vida y actividad a la contemplación de Dios. Ofrecen así a la comunidad eclesial un singular testimonio del amor de la Iglesia por el Señor y contribuyen, con una misteriosa fecundidad apostólica, al crecimiento del Pueblo de Dios”.
Religiosas contemplativas en Sevilla
La Archidiócesis de Sevilla cuenta con 34 conventos en los que habitan 412 mujeres contemplativas, “con entusiasmo, ilusión y esperanza, atentas a los signos de los tiempos, para vivir en continuo dinamismo su propia vocación, y así dar respuesta al sentir y a las necesidades actuales de la Iglesia”.
José Ángel Martín, delegado episcopal para la Vida Consagrada, expresa que “en la solemnidad de la Santísima Trinidad, cada año, hacemos visible ese agradecimiento profundo a Dios por esta forma de consagración tan necesaria en la Iglesia y, que no siempre comprendida”. Sin embargo, subraya que en la Archidiócesis hispalense “vivimos todos los días del año con sentimiento de gratitud ante una vocación tan singular y que tiene tanto peso en la diócesis”.
Sobre el lema “Lámparas en el camino sinodal”, Martín considera que “es una forma de expresar que la vida Contemplativa – como la Iglesia entera– es sinodal por sí misma, ya que la sinodalidad forma parte de su identidad más profunda y por eso puede ser lámpara que ilumine al pueblo de Dios en esa llamada a vivir esa sinodalidad, que sigue siendo para ellas – y para todos nosotros– un reto y una llamada permanente”.
Aunque la Eucaristía por la vida consagrada se celebra el 2 de febrero, José Ángel Martín insta a todo el pueblo de Dios a unirse en oración por la vida contemplativa.
Materiales para la Jornada Pro Orantibus
En los materiales que ofrece la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada, además del mensaje de presentación de la jornada, se pueden leer varios testimonios de personas consagradas y la homilía del papa Francisco a las monjas contemplativas en un encuentro en Lima (Perú) a las que agradece su labor. Con su vida de oración, tanto comunitaria como personal “renuevan la certeza de saberse hijos de Dios”.
“La oración -añade el Papa– es el núcleo de vuestra vida consagrada, vuestra vida contemplativa, y es el modo de cultivar la experiencia de amor que sostiene nuestra fe”.
Puede acceder a los materiales a través de la web de la Conferencia Episcopal.